El que trabaja, dominará. Proverbios 12:24
Helen Keller nació en 1880. Era una niña normal. Pero antes de su segundo cumpleaños, perdió la vista y el oído. Frustrada por la incapacidad de comunicarse, Helen se convirtió, como diría más tarde, en una niña «rebelde e ingobernable [...] que lo arreglaba todo a patadas y arañazos». Cuando Helen tenía siete años, Annie Sullivan, una joven que, a su vez, había tenido que luchar con una ceguera parcial, abrió un mundo completamente nuevo para Helen. le dio la posibilidad de comunicarse enseñándole el alfabeto manual, según el cual las letras se simbolizan con distintas posiciones de las manos. Helen aprendió rápidamente a deletrear y empezó a escribir sus pensamientos. También aprendió a leer en Braille. Durante tres años Helen solo pudo comunicarse con los demás mediante el lenguaje signos o la escritura. Pero decidió que quería aprender a hablar como las demás personas. Por eso empezó a recibir lecciones de dicción. Tocando la boca y el cuello de sus profesores, Helen aprendió a articular sonidos y, finalmente, a hablar. Cuando Helen tenía veinte años fue a Radcliffe, una universidad exclusiva para señoritas. En cuatro años se graduó con matrícula de honor y el número uno de su promoción. Helen nunca habló con claridad, pero viajó por todo el mundo y dio conferencias a beneficio de los ciegos en más de 25 países. También escribió siete libros y aprendió cinco idiomas más. Si una mujer ciega y sorda pudo conseguir eso durante su vida, piensa en qué podrías lograr tú. No dejes que la pereza, el miedo al fracaso o las dificultades aparentes le impidan ser la persona que Dios quiere que seas. Aprovecha al máximo los dones que él te ha dado.
Tomado de la Matutina El viaje Increíble.
Helen Keller nació en 1880. Era una niña normal. Pero antes de su segundo cumpleaños, perdió la vista y el oído. Frustrada por la incapacidad de comunicarse, Helen se convirtió, como diría más tarde, en una niña «rebelde e ingobernable [...] que lo arreglaba todo a patadas y arañazos». Cuando Helen tenía siete años, Annie Sullivan, una joven que, a su vez, había tenido que luchar con una ceguera parcial, abrió un mundo completamente nuevo para Helen. le dio la posibilidad de comunicarse enseñándole el alfabeto manual, según el cual las letras se simbolizan con distintas posiciones de las manos. Helen aprendió rápidamente a deletrear y empezó a escribir sus pensamientos. También aprendió a leer en Braille. Durante tres años Helen solo pudo comunicarse con los demás mediante el lenguaje signos o la escritura. Pero decidió que quería aprender a hablar como las demás personas. Por eso empezó a recibir lecciones de dicción. Tocando la boca y el cuello de sus profesores, Helen aprendió a articular sonidos y, finalmente, a hablar. Cuando Helen tenía veinte años fue a Radcliffe, una universidad exclusiva para señoritas. En cuatro años se graduó con matrícula de honor y el número uno de su promoción. Helen nunca habló con claridad, pero viajó por todo el mundo y dio conferencias a beneficio de los ciegos en más de 25 países. También escribió siete libros y aprendió cinco idiomas más. Si una mujer ciega y sorda pudo conseguir eso durante su vida, piensa en qué podrías lograr tú. No dejes que la pereza, el miedo al fracaso o las dificultades aparentes le impidan ser la persona que Dios quiere que seas. Aprovecha al máximo los dones que él te ha dado.
Tomado de la Matutina El viaje Increíble.
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