Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre [...] para que [...] seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura; y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:14,16-18).
Trabajo en una escuela con alumnos que tienen necesidades especiales, Apenas llegas, esos niños deben ser el único foco de tu atención. Sin embargo, un jueves me fue imposible hacerlo. El miércoles de noche me había enterado de una opinión muy negativa con respecto a mí en la iglesia, y esto me estaba afectando. ¿Cómo podía ser? Había tratado por todos los medie de ser la mujer cristiana y amorosa que Dios quiere que sea. A lo largo de todo el día utilicé mis fuerzas para retener las lágrimas. Las palabras dolorosas volvían a mi mente una y otra vez. Me inundaba la desesperación.
Finalmente, llegó la hora del recreo. Necesitaba del aire fresco y la soledad. Cuidaba de un niño con autismo de nivel alto. El único momento en el que hablaba era cuando le hablaban a él, y yo no estaba de ánimo para hablar, cantar o realizar cualquier otra actividad. Así que los dos nos sentamos en silencio; silencio que para mí era necesario. Pero Dios no estaba de acuerdo. El niño rompió el silencio con una canción. A causa de sus habilidades altamente limitadas para hablar, su mensaje era: "Baaaaa, ba, ba, ba, ba". Luego continuó el silencio otra vez. Me llevó tan solo segundos darme cuenta de la melodía. Me di vuelta rápidamente, sin poder creer lo que oía. "¿Qué?" pregunté. Un vez más él repitió: "Baaaaa, ba, ba, ba, ba. Baaaaa, ba, ba, ba". Y una vez más continuó el silencio. Ya no pude contener las lágrimas,' me uní a su melodía: "Sí, Cristo me ama. La Biblia dice así".
Trabajo en una escuela pública en la cual nunca habíamos cantado canciones cristianas. El nunca antes había tenido un arranque musical ni lo volvió; tener. En el momento que yo más lo necesitaba, Jesús se acercó para hacerme saber que me ama.
Presta atención en los momentos de desesperación. Dios puede utilizar un niño autista, un burro, un cuervo, una brisa apacible o un diluvio, pero él se acercará a ti para que conozcas la anchura, la longitud, la profundidad y la altura de su amor.
Trabajo en una escuela con alumnos que tienen necesidades especiales, Apenas llegas, esos niños deben ser el único foco de tu atención. Sin embargo, un jueves me fue imposible hacerlo. El miércoles de noche me había enterado de una opinión muy negativa con respecto a mí en la iglesia, y esto me estaba afectando. ¿Cómo podía ser? Había tratado por todos los medie de ser la mujer cristiana y amorosa que Dios quiere que sea. A lo largo de todo el día utilicé mis fuerzas para retener las lágrimas. Las palabras dolorosas volvían a mi mente una y otra vez. Me inundaba la desesperación.
Finalmente, llegó la hora del recreo. Necesitaba del aire fresco y la soledad. Cuidaba de un niño con autismo de nivel alto. El único momento en el que hablaba era cuando le hablaban a él, y yo no estaba de ánimo para hablar, cantar o realizar cualquier otra actividad. Así que los dos nos sentamos en silencio; silencio que para mí era necesario. Pero Dios no estaba de acuerdo. El niño rompió el silencio con una canción. A causa de sus habilidades altamente limitadas para hablar, su mensaje era: "Baaaaa, ba, ba, ba, ba". Luego continuó el silencio otra vez. Me llevó tan solo segundos darme cuenta de la melodía. Me di vuelta rápidamente, sin poder creer lo que oía. "¿Qué?" pregunté. Un vez más él repitió: "Baaaaa, ba, ba, ba, ba. Baaaaa, ba, ba, ba". Y una vez más continuó el silencio. Ya no pude contener las lágrimas,' me uní a su melodía: "Sí, Cristo me ama. La Biblia dice así".
Trabajo en una escuela pública en la cual nunca habíamos cantado canciones cristianas. El nunca antes había tenido un arranque musical ni lo volvió; tener. En el momento que yo más lo necesitaba, Jesús se acercó para hacerme saber que me ama.
Presta atención en los momentos de desesperación. Dios puede utilizar un niño autista, un burro, un cuervo, una brisa apacible o un diluvio, pero él se acercará a ti para que conozcas la anchura, la longitud, la profundidad y la altura de su amor.
LaToya V.Zava
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken
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