«Yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen», Mateo 5:44.
Hace muchísimos años, en China, los consejeros del emperador se enteraron que en cierta población del imperio, los habitantes estaban molestos, querían armar una revuelta. De amigos, habían pasado a ser enemigos. Los consejeros platicaron y decidieron avisar al emperador, preguntándose cuál sería la decisión que tomaría con respecto al asunto.
Cuando le comentaron, él se quedó pensando un momento, y respondió:
—Vamos. Tengo que acabar con mis enemigos. La respuesta no sorprendió a los consejeros. Se organizó la misión. El emperador, sus consejeros y soldados, salieron en dirección a la población inconforme. Cuando llegaron al lugar, los consejeros esperaban que el emperador diera la orden para iniciar una batalla, pero se sorprendieron cuando él convocó a una reunión con el pueblo. Escuchó a los habitantes, hicieron acuerdos y el problema se acabó.
Los consejeros no entendieron lo que vieron. Uno de ellos, muy molesto, preguntó al emperador:
—Disculpe, Mi Señor, entiendo que usted nos pidió que lo acompañáramos a acabar con sus enemigos, ¡pero los trató con respeto y bondad en vez de destruirlos! El emperador sonrió y respondió:
—¡Claro que acabé con mis enemigos! Ahora se han convertido en verdaderos amigos.
Conserva a tus amigos y amigas. ¡ Si llegas a tener algún enemigo o enemiga, gánate su amistad. Veras que vale la pena.
Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez
Hace muchísimos años, en China, los consejeros del emperador se enteraron que en cierta población del imperio, los habitantes estaban molestos, querían armar una revuelta. De amigos, habían pasado a ser enemigos. Los consejeros platicaron y decidieron avisar al emperador, preguntándose cuál sería la decisión que tomaría con respecto al asunto.
Cuando le comentaron, él se quedó pensando un momento, y respondió:
—Vamos. Tengo que acabar con mis enemigos. La respuesta no sorprendió a los consejeros. Se organizó la misión. El emperador, sus consejeros y soldados, salieron en dirección a la población inconforme. Cuando llegaron al lugar, los consejeros esperaban que el emperador diera la orden para iniciar una batalla, pero se sorprendieron cuando él convocó a una reunión con el pueblo. Escuchó a los habitantes, hicieron acuerdos y el problema se acabó.
Los consejeros no entendieron lo que vieron. Uno de ellos, muy molesto, preguntó al emperador:
—Disculpe, Mi Señor, entiendo que usted nos pidió que lo acompañáramos a acabar con sus enemigos, ¡pero los trató con respeto y bondad en vez de destruirlos! El emperador sonrió y respondió:
—¡Claro que acabé con mis enemigos! Ahora se han convertido en verdaderos amigos.
Conserva a tus amigos y amigas. ¡ Si llegas a tener algún enemigo o enemiga, gánate su amistad. Veras que vale la pena.
Tomado de meditaciones matinales para menores
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Por Noemí Gil Gálvez
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