Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre. Salmo 16:11.
Dora quería ser feliz. Anhelaba desesperadamente ser feliz: caminó por los senderos engañosos de la ilusión; voló en las alucinantes alas de la drogadicción; nadó por las aguas turbulentas de la promiscuidad. Amó, lloró, sufrió, y murió consumida por las enfermedades oportunistas que conlleva el Sida. Vivió, quiso ser feliz, y murió sintiéndose la mujer más infeliz del mundo. ¿Qué le sucedió a esta joven apasionada por la vida?
El texto de hoy presenta tres ideas que muestran dónde erró Dora. Los dos primeros pensamientos son la plenitud de gozo y las delicias para siempre. Gozo y delicia son sinónimos de felicidad. ¿Quién no desea ser feliz? El ser humano es movido a deseo por la felicidad: todo lo que realiza tiene, como objetivo final, la "plenitud de gozo" y las "delicias para siempre". Esto significa prosperidad y realización.
Pero, el salmista presenta las condiciones para recibir la "plenitud de gozo" y "las delicias para siempre". Menciona: "Me mostrarás la senda de la vida".
El ser humano, en su sincero deseo de ser feliz, escoge sus propios cami¬nos, sigue sus propias ideas, y acaba hiriéndose y provocándose sufrimiento.
Existe un camino mejor. El salmista lo denomina: "la senda de la vida". Es triste cuando el ser humano desea la "plenitud de gozo" y las "delicias para siempre", pero rechaza la "senda de la vida".
Desde la óptica divina, estos tres elementos forman parte de un mismo paquete; no pueden separarse.
Hay más. Cuando el autor bíblico menciona las palabras "presencia" y "diestra", está refiriéndose a una relación de permanencia en la senda. La senda es Jesús. Cuando él estuvo en esta tierra, declaró: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". El Maestro habló de un camino que en verdad te conduce a la vida.
La razón por la que Jesús se identificó con el camino es que existen muchos caminos mentirosos. Son caminos de muerte: fascinantes y seductores, pero caminos de muerte.
¿Deseas ser feliz? ¡Busca a Jesús! No empieces las actividades de hoy sin arrodillarte y decirle: "Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre".
Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón
Dora quería ser feliz. Anhelaba desesperadamente ser feliz: caminó por los senderos engañosos de la ilusión; voló en las alucinantes alas de la drogadicción; nadó por las aguas turbulentas de la promiscuidad. Amó, lloró, sufrió, y murió consumida por las enfermedades oportunistas que conlleva el Sida. Vivió, quiso ser feliz, y murió sintiéndose la mujer más infeliz del mundo. ¿Qué le sucedió a esta joven apasionada por la vida?
El texto de hoy presenta tres ideas que muestran dónde erró Dora. Los dos primeros pensamientos son la plenitud de gozo y las delicias para siempre. Gozo y delicia son sinónimos de felicidad. ¿Quién no desea ser feliz? El ser humano es movido a deseo por la felicidad: todo lo que realiza tiene, como objetivo final, la "plenitud de gozo" y las "delicias para siempre". Esto significa prosperidad y realización.
Pero, el salmista presenta las condiciones para recibir la "plenitud de gozo" y "las delicias para siempre". Menciona: "Me mostrarás la senda de la vida".
El ser humano, en su sincero deseo de ser feliz, escoge sus propios cami¬nos, sigue sus propias ideas, y acaba hiriéndose y provocándose sufrimiento.
Existe un camino mejor. El salmista lo denomina: "la senda de la vida". Es triste cuando el ser humano desea la "plenitud de gozo" y las "delicias para siempre", pero rechaza la "senda de la vida".
Desde la óptica divina, estos tres elementos forman parte de un mismo paquete; no pueden separarse.
Hay más. Cuando el autor bíblico menciona las palabras "presencia" y "diestra", está refiriéndose a una relación de permanencia en la senda. La senda es Jesús. Cuando él estuvo en esta tierra, declaró: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". El Maestro habló de un camino que en verdad te conduce a la vida.
La razón por la que Jesús se identificó con el camino es que existen muchos caminos mentirosos. Son caminos de muerte: fascinantes y seductores, pero caminos de muerte.
¿Deseas ser feliz? ¡Busca a Jesús! No empieces las actividades de hoy sin arrodillarte y decirle: "Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre".
Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón
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