La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre. Proverbios 29:15.
Mariana era una de las nuevas alumnas de aquel año, y rápidamente entró en confianza con todos. Desde hacía días venía solicitando una entrevista, y cuando se dio la oportunidad ingresó a mi oficina sumamente enojada. Luego de un diálogo sin importancia, pregunté: "Mariana, ¿está todo bien en tu hogar?" Con el seño fruncido y como queriendo desahogarse conmigo, gruñó: "No, Capellán, estoy cansada de los límites. No vayas allá, vuelve antes de tal hora, a ese lugar puedes ir solo con tu hermano... ¿hasta cuándo van a tratarme como si fuera una niña?"
Los límites en la vida nos marcan el camino, nos dicen hasta dónde se puede avanzar y el peligro de traspasarlos. Si bien cada joven desearía vivir a su antojo y ser quien pone los límites, los padres son los encargados de establecerlos en el hogar. No es por capricho, no es para provecho personal, los padres simplemente desean que sus hijos no cometan los errores que ellos cometieron cuando eran jóvenes.
Un padre cristiano que luchó para dejar de fumar, es muy probable que haga todo lo posible para que sus hijos nunca prueben este vicio. Él vivió en carne propia lo que este hábito malsano hace a la voluntad y a la salud y no querrá ver que este error se vuelva a repetir en sus hijos.
Un padre convertido que antes vivió perdidamente en los placeres, luchará y cuidará a cada miembro de su familia para que no sean arrastrados por esta felicidad falsa. Intentará transferir lo que aprendió a sus hijos, pero se verá obligado a establecer un "cerco" llamado límite para que sus hijos no cometan los mismos errores que él.
Las Escrituras apoyan a cada padre que coloca límites bien definidos y uno de sus consejos es: "La vara y la corrección dan sabiduría". Una vara es sinónimo de firmeza, rectitud y reprensión. Una vara simboliza el límite que cada padre debe colocar a sus hijos para que sean sabios en esta vida. Quizá te preguntes: ¿Quién es sabio? La Biblia también nos responde: "El sabio teme y se aparta del mal; mas el insensato se muestra insolente y confiado" (Prov. 14:16). Por eso, procura aceptar con amor los límites que te señalan los que te aman, ya que los mismos son evidencia del amor que sienten por ti.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela
Mariana era una de las nuevas alumnas de aquel año, y rápidamente entró en confianza con todos. Desde hacía días venía solicitando una entrevista, y cuando se dio la oportunidad ingresó a mi oficina sumamente enojada. Luego de un diálogo sin importancia, pregunté: "Mariana, ¿está todo bien en tu hogar?" Con el seño fruncido y como queriendo desahogarse conmigo, gruñó: "No, Capellán, estoy cansada de los límites. No vayas allá, vuelve antes de tal hora, a ese lugar puedes ir solo con tu hermano... ¿hasta cuándo van a tratarme como si fuera una niña?"
Los límites en la vida nos marcan el camino, nos dicen hasta dónde se puede avanzar y el peligro de traspasarlos. Si bien cada joven desearía vivir a su antojo y ser quien pone los límites, los padres son los encargados de establecerlos en el hogar. No es por capricho, no es para provecho personal, los padres simplemente desean que sus hijos no cometan los errores que ellos cometieron cuando eran jóvenes.
Un padre cristiano que luchó para dejar de fumar, es muy probable que haga todo lo posible para que sus hijos nunca prueben este vicio. Él vivió en carne propia lo que este hábito malsano hace a la voluntad y a la salud y no querrá ver que este error se vuelva a repetir en sus hijos.
Un padre convertido que antes vivió perdidamente en los placeres, luchará y cuidará a cada miembro de su familia para que no sean arrastrados por esta felicidad falsa. Intentará transferir lo que aprendió a sus hijos, pero se verá obligado a establecer un "cerco" llamado límite para que sus hijos no cometan los mismos errores que él.
Las Escrituras apoyan a cada padre que coloca límites bien definidos y uno de sus consejos es: "La vara y la corrección dan sabiduría". Una vara es sinónimo de firmeza, rectitud y reprensión. Una vara simboliza el límite que cada padre debe colocar a sus hijos para que sean sabios en esta vida. Quizá te preguntes: ¿Quién es sabio? La Biblia también nos responde: "El sabio teme y se aparta del mal; mas el insensato se muestra insolente y confiado" (Prov. 14:16). Por eso, procura aceptar con amor los límites que te señalan los que te aman, ya que los mismos son evidencia del amor que sienten por ti.
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