Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12.
Debido a que la amistad representa una inversión de confianza entre dos personas, es importante establecer ciertos límites que reflejen nuestros principios como individuos. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para mantener la amistad? ¿Seré capaz de respetar las decisiones de mi amigo o amiga, aunque contradigan mi opinión? ¿Qué puedo hacer cuando mi amigo abusa de nuestra amistad?
Sandra no había tenido un buen año de estudio y tenía que retomar las materias del año anterior. En ese nuevo año conoció a Cristina, una alumna nueva en el colegio, que se unió a ella y formaron rápidamente una amistad. En poco tiempo Cristina mostró que el estudio no era su punto fuerte y comenzó a exigirle a Sandra (que recordaba mucho del año anterior) que le permitiera copiar en los exámenes. Sandra dudó una y otra vez, pero al final accedió. A partir de ese momento Cristina copiaba en todos los exámenes, y Sandra llegó a mi oficina para plantearme esta situación: "Si le permito que continúe copiando, me siento mal porque sé que no está bien; pero si llego a decirle lo que pienso, tengo miedo de perderla como amiga, y realmente la quiero mucho. ¿Qué me aconseja que haga?"
Quiero abordar ambas partes en la relación. Si alguna vez te encuentras en el caso de Sandra, habla con franqueza y sinceridad al amigo o a la amiga que en nombre de la amistad te está llevando por caminos que tu conciencia se niega a transitar. Procura que entre en razón, que atienda tu punto de vista, y si realmente se siente tu amigo o amiga, te respete en lo que piensas.
Si estás viviendo el caso de Cristina, debes replantearte qué haría Jesús en tu lugar. Nuestro Salvador jamás obligó ni extorsionó a nadie en nombre de la amistad para sacar un provecho personal. Todo lo contrario, se sacrificó para que todos, incluso quienes lo odiaron, fueran beneficiados por su ayuda. Por lo tanto, considera la opinión de quien está a tu lado, no la menosprecies, los amigos de verdad saben respetar aunque estén en desacuerdo.
Con toda sabiduría el Señor expresó: "Así que, todas la cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos", y una buena amistad está fundamentada sobre esta base. No tiene sentido si uno exige rectitud, respeto y compromiso pero no está dispuesto a darlo. Por eso, en este día, pídele a Dios que te permita vivir a la luz de este principio, y tú serás el más beneficiado.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela
Debido a que la amistad representa una inversión de confianza entre dos personas, es importante establecer ciertos límites que reflejen nuestros principios como individuos. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para mantener la amistad? ¿Seré capaz de respetar las decisiones de mi amigo o amiga, aunque contradigan mi opinión? ¿Qué puedo hacer cuando mi amigo abusa de nuestra amistad?
Sandra no había tenido un buen año de estudio y tenía que retomar las materias del año anterior. En ese nuevo año conoció a Cristina, una alumna nueva en el colegio, que se unió a ella y formaron rápidamente una amistad. En poco tiempo Cristina mostró que el estudio no era su punto fuerte y comenzó a exigirle a Sandra (que recordaba mucho del año anterior) que le permitiera copiar en los exámenes. Sandra dudó una y otra vez, pero al final accedió. A partir de ese momento Cristina copiaba en todos los exámenes, y Sandra llegó a mi oficina para plantearme esta situación: "Si le permito que continúe copiando, me siento mal porque sé que no está bien; pero si llego a decirle lo que pienso, tengo miedo de perderla como amiga, y realmente la quiero mucho. ¿Qué me aconseja que haga?"
Quiero abordar ambas partes en la relación. Si alguna vez te encuentras en el caso de Sandra, habla con franqueza y sinceridad al amigo o a la amiga que en nombre de la amistad te está llevando por caminos que tu conciencia se niega a transitar. Procura que entre en razón, que atienda tu punto de vista, y si realmente se siente tu amigo o amiga, te respete en lo que piensas.
Si estás viviendo el caso de Cristina, debes replantearte qué haría Jesús en tu lugar. Nuestro Salvador jamás obligó ni extorsionó a nadie en nombre de la amistad para sacar un provecho personal. Todo lo contrario, se sacrificó para que todos, incluso quienes lo odiaron, fueran beneficiados por su ayuda. Por lo tanto, considera la opinión de quien está a tu lado, no la menosprecies, los amigos de verdad saben respetar aunque estén en desacuerdo.
Con toda sabiduría el Señor expresó: "Así que, todas la cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos", y una buena amistad está fundamentada sobre esta base. No tiene sentido si uno exige rectitud, respeto y compromiso pero no está dispuesto a darlo. Por eso, en este día, pídele a Dios que te permita vivir a la luz de este principio, y tú serás el más beneficiado.
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