Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Hebreos 10:23.
Uno de los hechos más notables del pueblo israelita durante el período de los jueces fue su constante vaivén en su vida religiosa. Las Escrituras nos dicen al respecto: "Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de la mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles" (Jue. 2:18, 19).
Pero esta oscilación en la vida religiosa no fue exclusiva al período de los jueces, ya que "la fluctuación entre la adoración al Dios de Israel y la idolatría prosiguió durante el tiempo de los reyes, con frecuencia fortalecida por alianzas políticas y casamientos con paganos" (Alfonso Lockward, Nuevo diccionario de la Biblia, pp. 85, 86).
Podemos observar este error común, que impide el crecimiento espiritual y que puede llevar a la apostasía, en los creyentes que se sienten en la cima espiritual después de un buen sermón o de una semana de reavivamiento. Pero terminado el evento que avivó la llama de su fe, se vuelve a caer en una rutina espiritual que socava toda esa euforia, y se termina igual que antes. ¿Cuál es la causa de esta fluctuación? La falta de fe. Hebreos anima a sus lectores a no cometer este error, cuando dice: "Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza". La firmeza de nuestra fe tiene que imitar la firmeza del amor de Dios y la seguridad de sus promesas para nosotros. Este Dios a quien servimos y de quien nos decimos sus hijos, tiene la cualidad de no variar, de no fluctuar, de no vacilar (Sant. 1:17); y así como debemos imitarlo en todo (Juan 13:15), debemos procurar desarrollar una fe creciente y estable.
Nuestra iglesia necesita cada vez más de jóvenes que se comprometan con Dios. Anímate a ser uno de ellos y mantén firme tu compromiso hasta que te encuentres con Jesús cara a cara.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
Uno de los hechos más notables del pueblo israelita durante el período de los jueces fue su constante vaivén en su vida religiosa. Las Escrituras nos dicen al respecto: "Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de la mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles" (Jue. 2:18, 19).
Pero esta oscilación en la vida religiosa no fue exclusiva al período de los jueces, ya que "la fluctuación entre la adoración al Dios de Israel y la idolatría prosiguió durante el tiempo de los reyes, con frecuencia fortalecida por alianzas políticas y casamientos con paganos" (Alfonso Lockward, Nuevo diccionario de la Biblia, pp. 85, 86).
Podemos observar este error común, que impide el crecimiento espiritual y que puede llevar a la apostasía, en los creyentes que se sienten en la cima espiritual después de un buen sermón o de una semana de reavivamiento. Pero terminado el evento que avivó la llama de su fe, se vuelve a caer en una rutina espiritual que socava toda esa euforia, y se termina igual que antes. ¿Cuál es la causa de esta fluctuación? La falta de fe. Hebreos anima a sus lectores a no cometer este error, cuando dice: "Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza". La firmeza de nuestra fe tiene que imitar la firmeza del amor de Dios y la seguridad de sus promesas para nosotros. Este Dios a quien servimos y de quien nos decimos sus hijos, tiene la cualidad de no variar, de no fluctuar, de no vacilar (Sant. 1:17); y así como debemos imitarlo en todo (Juan 13:15), debemos procurar desarrollar una fe creciente y estable.
Nuestra iglesia necesita cada vez más de jóvenes que se comprometan con Dios. Anímate a ser uno de ellos y mantén firme tu compromiso hasta que te encuentres con Jesús cara a cara.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
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