El camino de la vida es hacia arriba para el prudente. Proverbios 15: 24. RV95
John tenía apenas quince años cuando se dio cuenta de que muchos de los adultos que conocía se pasaban quejándose de lo que podrían haber hecho durante su juventud, pero que no habían hecho: «Oh, si yo hubiera estudiado cuando era joven», decía uno. «Oh, si yo no hubiera perdido tanto tiempo», decía otro. Entonces, John resolvió que él no cometería el mismo error. Un día se sentó a escribir una lista con las metas que trataría de alcanzar durante su vida. ¡Escribió 127 metas!
¿Y cuáles eran algunas de esas metas? Las clasificó en varias categorías:
- Explorar diez de los ríos más importantes del mundo (el Amazonas, el Nilo, el Congo, el Orinoco y otros).
- Escalar los picos más conocidos del planeta (el Everest, el Kilimanjaro, el Popocatépetl, el Aconcagua, el Ararat, el Vesubio).
- Visitar lugares de gran atracción turística (el canal de Panamá, la Gran Muralla China, las islas Galápagos, la torre Eiffel, la torre de Pisa, el río Jordán).
- Fotografiar las cataratas más imponentes (Niágara, Yosemite, Victoria).
- Logros personales: pilotear un avión, volar en globo, montarse en un elefante, tocar la flauta y el violín, lanzarse desde un avión en paracaídas, explorar las profundidades del mar, practicar el esquí acuático, escribir un libro, aprender varios idiomas, leer la Biblia completa, leer las obras de autores clásicos de la literatura universal, familiarizarse con las composiciones de los grandes de la música, practicar varios deportes, dar la vuelta al mundo, servir como misionero para su iglesia, etc.
Cuando cumplió 47 años, John Goddard había alcanzado 103 de las 127 metas. No está mal. Al momento de escribir sus 127 metas, todas eran solo posibilidades. Con el transcurso de los años, se convirtieron en realidades. ¿Cómo lo logró? Porque se propuso alcanzarlas una por una. Tenía razón Elena G. de White cuando escribió que «dando un paso después de otro se puede subir la más elevada cuesta y llegar al fin a la cima del monte» (Mensajes para los jóvenes, p. 33).
Por supuesto, antes de escalar una montaña, primero es necesario tener una montaña. Para lograr tus metas, primero necesitas tener metas. ¿Ya tienes tu lista de posibilidades?.
Señor, ayúdame la desarrollar la capacidad de pensar en términos de lo que es posible lograr con tu bendición y tu poder.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala
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