martes, 3 de enero de 2012

¡QUÉ MUNDO TAN COLORIDO!

«El oro de esa región es fino, y también hay resina fina y piedra de ónice» (Génesis 2: 1 2).

Para nuestra aventura de hoy necesitarás un martillo, un cincel y un saquito que puedas llevar colgado al hombro. ¡Vamos a recoger piedras! Hoy buscaremos una piedra que se llama ónice.
¿Cómo se ve el ónice? Bueno, la próxima vez que pases por una dulcería, entra en ella y pide caramelos de regaliz. No me refiero a unos que son largos, sino a los que son cuadrados y tienen varias capas de colores. Así se ve el ónice. Se trata de una piedra muy hermosa y colorida que la gente ha usado durante miles de años como adorno.
Las capas de colores del ónice son como las personas que vivimos en el mundo. Todas distintas. Todas las personas somos diferentes: tenemos ideas diferentes, cabellos diferentes, talentos diferentes, y la piel diferente. Juntos conformamos un hermoso cuadro de la creación de Dios. En vez de molestarnos con esas diferencias, disfrutémoslas como Dios disfruta de ellas.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

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