«Dios hizo las dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar de noche» (Génesis 1: 16).
Una luz grande y una luz pequeña. ¿A qué crees que se refiere? Si crees que la luz grande es el Sol, y que la luz pequeña es la Luna, ¡estás en lo correcto! Hoy, en nuestra primera exploración del año, miraremos el cielo para que nos ayude a entender más del amor de Dios.
Al Sol se lo llama la «luz grande» porque es más brillante, y a la Luna la «luz pequeña», porque brilla un poco menos. ¿Sabes por qué la Luna no es tan brillante? Porque la Luna refleja la luz del Sol. ¡La Luna no produce su propia luz!
¿Sabías que nosotros también podemos ser como la Luna? Podemos reflejar el amor y la luz de Dios. La luz de Dios es tan brillante, que si decidimos hablar cada día con él y leer la Biblia, al poco tiempo la gente verá el amor de Dios reflejado en nosotros. ¡Esto es asombroso!
Miremos a la luz verdadera del universo, y dejemos que esa luz brille a través de nosotros hacia los demás.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush
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