domingo, 1 de enero de 2012

UN TIEMPO PARA DIOS

«El que estaba sentado en el trono dijo: "Yo hago nuevas todas las cosas"» (Apocalipsis 21:5).

Mi esposa y yo tenemos cuatro hijos y ocho nietos. Cuando Daniel, nuestro hijo menor, vivía todavía en casa, trabajaba en los jardines de una clínica de reposo.
Durante la semana, guardaba la ropa de trabajo en la clínica y el viernes la traía a casa para que su madre la lavara. Una tarde lluviosa de viernes, mi esposa me pidió que saliera y trajera la ropa sucia que Daniel había dejado en el automóvil. Como llovía a cántaros, para salir, además de la canasta, tomé un paraguas. Ya en el auto, fui poniendo la ropa sucia en la canasta hasta llenarla. No quería hacer un segundo viaje; así que amontoné el resto de la ropa sobre la canasta llena. Luego me dispuse a regresar a la casa. Pero, mientras caminaba bajo la lluvia, la ropa empezó a caer al suelo.
Permítame una pregunta: ¿Qué ropa cree que cayó al suelo? La respuesta es sencilla: la que yo había amontonado sobre la canasta ya llena. Ese día aprendí que no podemos poner nada nuevo dentro de algo que ya está lleno. Moraleja: Si queremos añadir algo más en nuestra vida, antes tendremos que sacar otra cosa.
Apreciado lector, ha empezado este nuevo año con la lectura de la meditación matinal del 1° de enero. Pero esta buena costumbre no durará a menos que usted haga de ella algo prioritario e impida que cualquier otra cosa ocupe su lugar. Si va a pasar este tiempo con Dios, no piense en cómo «ganar tiempo». No podemos ganar tiempo. Solo disponemos de veinticuatro horas al día. Tendrá que reservar tiempo para dedicarlo al Señor. Es preciso que en la canasta del tiempo de nuestra vida haya espacio; de lo contrario, nuestra vida espiritual decaerá.
Este año leeremos las palabras más extraordinarias que jamás se hayan dicho, las palabras de nuestro Señor Jesucristo. Jesús es el mayor maestro y el mejor predicador que el mundo ha conocido. En los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan podemos encontrar todas las doctrinas de la Biblia. El objetivo de estas lecturas diarias es conseguir que el Evangelio según Jesús sea una realidad en su vida. Oramos para que, además de inspirarlo, transformen su corazón.
Ahora lo invito a cerrar los ojos y orar para que este año Jesús entre como nunca antes en su vida y en las vidas de aquellos que ama. No le dé solo tiempo, entréguele también su corazón.

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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