«Vosotros sois la luz del mundo» (Mateo 5:14).
Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la luz del mundo». Aunque les hablaba como grupo, sus palabras se dirigían a cada uno de manera personal. Si, como iglesia, deseamos llenar el mundo con la gloria de Dios (Núm. 14:21), primero es preciso que permitamos que la luz del Espíritu Santo nos llene a cada uno individualmente. La luz debe iluminar, primero, allí donde nos encontremos. Una buena pregunta que podemos hacernos es: ¿Cómo puede mi hogar estar lleno de la gloria de Dios si yo mismo no soy una luz?
Cada uno que afirma ser cristiano es ya una luz. Pero, ¿qué clase de luz es?
1. Una clase es «el cristiano luz de vela». Estos cristianos, aunque dan luz, lo hacen de manera muy tenue. El viento más leve hace que la llama parpadee y la apague con facilidad. Los cristianos luz de vela se desaniman fácilmente. La más mínima prueba hace que titubeen y, en ocasiones, puedan llegar a perder la fe. A esta clase de cristianos pertenecen aquellos que han decidido que ya no acuden más a la iglesia porque alguien los ha ofendido.
2. Otra clase es «el cristiano lámpara de queroseno». Tienen una chimenea de cristal que humea con facilidad. Esta clase de cristianos son más brillantes que los cristianos Luz de vela; pero, apenas se complican las cosas, su capacidad de emitir luz se empaña. El mundo que los rodea embota su vida espiritual.
3. Sigue «el cristiano linterna de gasolina». Durante un tiempo esparcen una luz brillante y clara, pero si no se les bombea combustible con regularidad, acaban por apagarse. Parece que su fe nunca acaba de madurar. Sin alguien que los felicite y los aliente, se desaniman y, finalmente, dejan de acudir a la iglesia. El cristiano linterna de gasolina suele pensar primero en sí mismo.
4. La última categoría es «el cristiano lámpara eléctrica». Su luz es constante, inmediata y fiable. Son una influencia radiante y contundente para quienes los rodean.
Estos cuatro tipos de lámpara son solo un ejemplo de cómo se puede vivir la lo; pero de ellos se puede ver que la lámpara eléctrica es el mejor tipo. Sin embargo, sabemos que una lámpara eléctrica es peor que una vela si la bombilla está fundida o no hay corriente eléctrica. (Basado en Mateo 5: 14-16).
Un cristiano no emite luz propia. Refleja la luz de Jesús. Al igual que la Luna, que refleja la luz del Sol, nosotros reflejamos la luz de Jesús, la Luz del mundo (Juan 12:36).
Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill
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