He aprendido a contentarme con lo que tengo. Filipenses 4:11
«Pertenezco al "Club del siguiente". No escogí ser parte de él. El problema es que no pude resistirme». Estas palabras las escribió Mark Buchanan en un interesante artículo publicado en la revista Signs of the Times (Señales de los tiempos, junio de 2001 ,pp. 8,9).
¿En qué consiste ese «club»? En que sus miembros viven pendientes de «el siguiente traje», «el siguiente par de zapatos», «el siguiente modelo de IPad», «el siguiente automóvil». Y claro, también «la siguiente cámara digital», «la siguiente computadora», y pare usted de contar.
Los publicistas conocen muy bien esta realidad; por eso no cesan de bombardearnos para que consumamos más, y más y cada vez más.
¿Cuál es el problema con este «club»? Básicamente, que se basa en el deseo de tener más cosas, aunque no las necesitemos.
Esta realidad la ilustra Patricia Maxwell en su artículo «Los siete secretos de una vida satisfecha» (Signs of the Times [Señales de los tiempos], agosto de 2007, p. 27). Cuenta ella que estaba en una tienda probándose unos zapatos cuando se le acercó una señora.
—¿Me quedan bien estas sandalias? —le preguntó la señora a Patricia. —Sí, le quedan bien.
—Yo no sé por qué estoy probándome estas sandalias —dijo la señora, mientras se reía—. Lo que pasa es que no puedo resistir la tentación de comprar. Ya tengo 69 pares de zapatos en casa, y lo peor es que no los puedo usar en mi trabajo porque cuido enfermos y ahí me exigen usar un calzado especial.
¡69 pares! Es verdad que el ejemplo de esta señora ilustra un caso extremo. Pero ¿podría ser que, sin damos cuenta, los cantos de sirena provenientes de los centros comerciales nos estén induciendo a consumir cada vez más? Quizás una mirada al clóset de ropa nos ayude a responder esta pregunta. ¿Cuántos vestidos tienes? ¿Cuántos trajes? ¿Cuántos pares de zapatos? ¿Tienes lo suficiente? Si es así, entonces ¿por qué sigues comprando más de lo mismo?
No sé si participas de este culto al consumismo. Pero, por si acaso, he aquí una humilde recomendación. Dale gracias a Dios por lo que tienes y púlele que le dé sabiduría para adquirir lo que de ventad necesitas.
Ayúdame, Señor, a estar contento con lo que tengo, y a usar sabiamente los recursos que pones en mis manos.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala
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