lunes, 28 de mayo de 2012

EL DIOS DE SIEMPRE


Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. (Hebreos 13:8).

La ciencia ha ido avanzando a través de los siglos, aunque todavía tiene sus límites. Es en esas fronteras donde Dios puede obrar en contra de toda la sabiduría humana. Por ejemplo, es imposible resucitar muertos o detener una enfermedad con solo decir una palabra. Jesucristo, quien resucitó muertos y curó a ciegos y leprosos con el poder de su palabra, fue el mejor ejemplo de poder divino.
A finales de marzo del 2003, nos confirmaron que mi mamá sufría una enfermedad maligna y eso representó un golpe muy duro para mí. Como soy médico, se me hizo más dura la realidad, pues sé que hay factores que empeoran el pronóstico de un paciente y en el caso de mi madre confluían varios.
Tras tres meses de quimioterapia la evolución clínica de mi madre era lenta, por lo que se reevaluó el caso. Encontraron que había habido un error de diagnóstico y que la enfermedad de mi madre era peor de lo que se pensaba, que requería un tratamiento diferente. Esto motivó un cambio en la terapia que duró quince meses. Al concluir la misma se nos informó de que no se notaba una respuesta positiva, por lo que se suspendería el tratamiento.
Fue en ese momento cuando Dios, contra todo pronóstico científico, comenzó su obra, pues mi madre mejoró. Los médicos concluyeron que no había una explicación lógica para su caso.
En Hebreos 13:8 leemos: «Jesucristo es el mismo ayer, hoy por los siglos». A él me aferré como mi única esperanza, pues era el único capaz de entender mi dolor y obrar un milagro.
Dios es grande y en su amor y misericordia siempre está dispuesto a realizar milagros, ya sean de sanidad física o espiritual.  Él puede hacer un milagro hoy en tu vida. La ciencia en ocasiones puede decirnos: «Hasta aquí hemos hecho lo posible, no hay nada más a nuestro alcance». Pero donde el hombre desfallece, comienza a brillar la omnipotencia y la sabiduría de Dios. Créelo y él obrará milagros en tu vida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Yenisey M. Torrado

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