«El día en que naciste no te cortaron el cordón umbilical» (Ezequiel 16:4, NVI).
Hoy en nuestra aventura presenciaremos una de las experiencias más maravillosas de la vida. ¿Sabes cuál es? ¡El nacimiento de un bebé! Mira qué lindo y pequeño, aún conectado a su mamá por el cordón umbilical. Toda la sangre, la comida, las vitaminas y los minerales que el bebé necesitó durante nueve meses mientras creció dentro de su madre los recibió a través del cordón umbilical. Qué maravilloso es Dios por habernos creado de esa manera tan asombrosa.
¿Sabías que Dios siempre quiere que estemos conectados a él? No a través de un cordón umbilical, sino de un «cordón de amor» y de vida. Toda la fuerza, el amor y el cuidado que necesitamos para desarrollarnos como cristianos proviene de Dios. Si no permanecemos conectados a él, nuestra vida cristiana morirá.
Satanás tratará de desconectarte de Dios, pero no se lo permitas. Dios nunca te abandonará y tú tampoco debes abandonarlo a él. Fija tus ojos en Jesús y permanece siempre cerca de él a través de su cordón de amor.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush
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