Los hombres sabios, los que guiaron a muchos por el camino recto, brillarán como la bóveda celeste; ¡brillarán por siempre, como las estrellas! Daniel 12:3.
Kris Gray cuenta la historia de un hombre que quería mudarse a un nuevo pueblo. Un día fue a visitarlo con la idea de saber cómo era la gente de ese lugar. Llegó a una estación de gasolina y le preguntó a un anciano que estaba sentado al lado de su nieta.
—Amigo, quiero mudarme a este pueblo y quisiera saber cómo es la gente por aquí.
—¿Cómo es la gente en el lugar del cual usted viene? —preguntó a su vez el abuelo.
—Hay mucha gente criticona y abunda el chisme.
—Pues le diré que así también es la gente por estos lados.
Desencantado, el visitante se marchó. Pero al poco rato apareció otro con una pregunta similar.
—Amigo, ¿cómo es la gente por estos lados?
—¿"Cómo es en el lugar del cual usted viene? —preguntó el abuelo.
—Es gente muy amigable. Las familias se conocen y se ayudan unas a otras.
—Pues, así es la gente por aquí.
Apenas el hombre se alejó, la nietecita le preguntó al abuelo por qué había dado dos respuestas diferentes.
—Muy sencillo, preciosa. Porque el vecindario será bueno o malo según el color de los anteojos que uses para mirarlo. Si son oscuros, todo lo verás negativo. Si son claros, todo lo verás radiante (en Alice Gray, Stories for the Heart, [Relatos para el corazón], pp. 74, 75).
Lo que el abuelo quiso decir es que no vemos las cosas como son; las vemos corno somos: ¿Está el día medio nublado o medio asoleado? Este obstáculo, ¿representa un problema o una oportunidad ? Puedes ver una dificultad en cada oportunidad, o una oportunidad en cada dificultad. Puedes ver defectos, o puedes ver virtudes. Ya lo dijo muy bien el poeta Langbridge: «Dos presos miran a través de los barrotes de su celda: uno ve lodo, el otro ve estrellas».
¿Qué anteojos te pondrás hoy para enfrentar el día: los oscuros o los transparentes? ¿Qué actitud asumirás ante los desafíos? Te animo a vivir hoy con la convicción de que Dios tiene un plan para tu vida, y a creer que cualquier cosa que te suceda, mientras estés en sus caminos, será lo mejor para ti.
«Ayúdame, Señor; a ver hoy el lado brillante de la vida y de la gente. Y ayúdame a brillar para ti.»
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala
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