«Y convertí sus montañas en desolación y entregué su heredad a los chacales del desierto» (Malaquías 1:3,NVI).
¡Shhhh! Haz silencio ahora. Estamos en territorio del chacal del desierto. Deberíamos tener miedo de un chacal, pero más miedo deberíamos tener de un león. ¡Claro! Te cuento cómo funciona esto. El león caza un animal y se come todo lo que quiere. Cuando el león se va, vienen los chacales y recogen lo que sobra. Acaban con todo porque son carroñeros.
Es normal que los chacales sean carroñeros, pero nosotros no podemos ser carroñeros. Los animales carroñeros se alimentan de las sobras y de cualquier basura que puedan encontrar. No me estoy refiriendo a que nosotros comamos del contenedor de la basura, sino a la basura que podría entrar en nuestra cabeza. Como cristianos debemos leer los mejores libros, mirar los mejores programas de televisión y ver las mejores revistas que nos ayuden a aprender cosas buenas cada día. Es decir no metas basura en tu mente como el chacal mete basura en su estómago.
Llena tu cabeza solo con aquellas cosas que te ayuden a mantenerte cerca de Jesús. El chacal necesita ser un carroñero para poder sobrevivir; pero tú no. Busca solo lo mejor. Eso es lo que Jesús espera de ti.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush
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