martes, 18 de septiembre de 2012

NUESTROS TESOROS


Está mi alma apegada a ti, tu diestra me ha sostenido. (Salmo 63:8).

En 1912 se consideraba que cruzar el Océano Atlántico era una aventura. Pero aquel viaje sería más seguro, ya que se realizaría en un nuevo transatlántico, cuyos fabricantes consideraban insumergible. Era la nave más grande, más lujosa y rápida de la época. Es cierto que todo marchó de maravilla a la luz del día, pero aquel «insumergible» no pudo vencer los sutiles peligros de la noche. Las luces, la música, la elegancia y los brindis estaban engarzados en el marco de una serie de placeres terrenales cuando, de repente, el barco se estremeció, y el Titanic perdió la batalla.
Entre los pasajeros de primera había una elegante dama que viajaba con dos finos perros a los que había elevado a la categoría de «hijos predilectos». Cuando la tripulación se dio cuenta de que los botes salvavidas resultaban insuficientes, se dio la orden de auxiliar primeramente a las mujeres y a los niños. La distinguida dama alcanzó a entrar en uno de los botes salvavidas, e intentó que subieran a sus perros, pero les negaron el paso: «Únicamente usted, señora». Ella suplicó que le dejaran embarcar a sus animalitos, pero sin éxito. Entonces debía tomar una decisión rápidamente y así lo hizo: se quedaría en el Titanic para acompañar a sus perros, porque no soportaría la vida sin ellos. Hoy la dama y sus mascotas yacen en el fondo del mar, aunque la salvación oportuna y gratuita estuvo a su alcance.
Los apegos son malos. Revisa tu vida por si tienes algún apego; podría ser un perro o un gato; la pasión por el ira bajo; el excesivo amor al dinero; el orgullo o la vanidad lo que te esté separando de la fe y la salvación. En el gran mar de la vida, hay días claros y noches oscuras, y Dios ha provisto suficientes salvavidas. Tu decisión dependerá de que prefieras a tus apegos por encima de aquel glorioso amanecer en el que podrás levantarte tomado de la mano de Jesús.
Mi deseo es que Dios te ayude a valorar las oportunidades que pone hoy a tu alcance. Abandona tus tesoros y escoge la salvación. La decisión es tuya, y de nadie más

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Margarita Sharp de Priora 

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