Amado, ruego que seas prosperado en todo, así como prospera tu alma, y que tengas buena salud (3 Juan 2).
No puedes cambiar a tu cónyuge. No importa cuánto lo desees, no puedes hacer el papel de Dios y llegar a su corazón para transformarlo en lo que quieres que sea. Sin embargo, muchas parejas pasan gran parte de su tiempo intentando cambiar a su cónyuge.
Se ha dicho que la locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. ¿Pero acaso no es lo que sucede cuando intentas cambiar a tu pareja? Obtienes la mayor de las frustraciones. En algún momento, debes aceptar que no es algo que tú puedas hacer. Sin embargo, hay algo que sí puedes hacer. Puedes transformarte en un "agricultor sabio".
Un agricultor no puede hacer que una semilla se transforme en una cosecha fructífera. No sirve enojarse con la semilla, manipularla ni exigirle que lleve fruto. Lo que sí puede, es plantar la semilla en terreno fértil, regarla y darle nutrientes, protegerla de las malezas y luego entregársela a Dios. Millones de agricultores se han ganado la vida con este proceso a través de los siglos. Saben que no todas las semillas brotan; pero la mayoría sí brotará cuando se la plante en el terreno adecuado y se le proporcione lo que necesita.
No hay garantía de que algo en este libro vaya a cambiar a tu cónyuge. En realidad, no se trata de eso. Se trata de que te atrevas a amar. Si tomas este desafío en serio, es probable que experimentes un cambio radical en ti.
Y si llevas a cabo cada desafío, es probable que tu cónyuge se vea afectado y que tu matrimonio comience a florecer frente a tus ojos. Quizá lleve semanas. Incluso puede llevar varios años. No importa cómo sea el terreno que tienes para trabajar, igual debes planear para la victoria. Debes quitar las malezas de tu matrimonio; nutrir la tierra del corazón de tu pareja y luego depender de Dios para los resultados.
Reflexión: Hoy decido aceptar a mi cónyuge tal como es. PÍDELE A DIOS QUE TE AYUDE A ACEPTAR A LAS PERSONAS TAL Y COMO SON SIN INTENTAR CAMBIARLAS.
Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur
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