Juan era un joven que se había rodeado de malas compañías y, en un momento de su vida, se inició en la delincuencia cometiendo algunos robos. El dinero fácil y la destreza para tomar lo que no era suyo le resultaba emocionante. Pero uno de esos días se acercó a un coche y vio en su interior un extraño libro negro cuyo canto dorado brillaba solemnemente.
“Ese libro debe ser importante, se ve muy atractivo”, se dio a sí mismo. Así que no dudó en romper el cristal de una de las ventanillas con una piedra y se llevó el misterioso volumen. Cuando llegó a su casa se dio cuenta de que se trataba de una Biblia y, paulatinamente, comenzó a leerla como pudo.
El habilidoso ladrón se sintió conmovido con la lectura de la Palabra de Dios y suplicó al cielo ayuda para cambiar de vida. Fue así como el Señor lo condujo a un templo adventista que estaba cerca de donde él vivía. Allí aprendió la doctrina cristiana y, tiempo después, fue bautizado.
Años más tarde, Juan se encontró con Daniel, un fiel cristiano que gustaba de predicar el evangelio. Cuando Juan sacó su Biblia, Daniel comentó:
-Vaya, qué linda Biblia, se parece a una que yo tuve hace tiempo.
-Es una Biblia especial para mí. Ella me condujo a Dios -respondió Juan.
Entonces, Daniel tomó el texto sagrado y leyó su nombre en las páginas iniciales.
-¡Pero si es mi Biblia! ¡Tiene mi nombre! ¡Alguien la robó de mi coche hace varios años! -aseguró Daniel.
-Sí, hermano. Fui yo quien robó esta Biblia de un vehículo sin saber de lo que se trataba. Pero este Libro cambió mi vida -reconoció Juan.
Ambos creyentes se abrazaron emocionados al ver cómo el Señor había obrado para transformar una vida.
La Biblia tiene poder para cambiar todo tipo de vidas. Quienes la leen, no pueden permanecer indiferentes a ella, ya que la promesa es: “Así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no vuelve a mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo aquello para lo cual la envié” (Isaías 55:11).
Tú también puedes ser transformado por el poder de Dios a través de la lectura de la Biblia. ¡No pierdas hoy esa gran oportunidad!
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