viernes, 15 de marzo de 2013

CONSERVA LA GLORIA DE TU FUERZA


La gloria de los jóvenes radica en su fuerza; la honra de los ancianos, en sus canas (Proverbios 20:29).

Un joven que ha atesorado toda la energía de su pubertad a través de una vida limpia y una actitud diligente, es digno de reconocimiento. No hay dudas al respecto. El joven vigoroso y sano tiene una gloria indiscutible. Un anciano respetable y sabio, también.
Eso me vino a la mente un 23 de octubre cuando leí que Pelé, el famoso astro del fútbol, había cumplido setenta años. En aquellos días le llovieron propuestas de homenajes, entrevistas y reportajes para celebrar su cumpleaños, pero el llamado rey del fútbol emitió un comunicado por medio de su representante: «Pelé festejará sus setenta años de la misma manera que los sesenta y nueve años anteriores: solamente con su familia». Luego dijo que su mejor regalo de cumpleaños era la salud y el amor de su familia y de sus admiradores.
Pelé jugó al fútbol y vivió su vida con caballerosidad y moderación. Al cumplir los setenta años, una nota de prensa decía: «El tono humilde y el bajo perfil son un rostro novedoso del exjugador, quien suele referirse a sí mismo en tercera persona». Su tono humilde y su bajo perfil actual contrastan con sus grandes logros. En 1956, a los dieciséis años comenzó su larga carrera profesional de veintiún años. Durante su trayectoria, anotó 1,281 goles en 1,363 partidos. Uno de los momentos cumbres de su carrera y de su vida fue la noche del 19 de noviembre de 1969, cuando anotó el emblemático gol número mil en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, Brasil, superando con un penalti, que dedicó a los niños, al guardameta argentino Edgardo Andrada, del Vasco da Gama. Conquistó treinta y un campeonatos, entre ellos los mundiales de fútbol de Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970 y, con el Santos, el bicampeonato de las copas Libertadores e Intercontinental en 1962 y 1963. La Federación Internacional de Fútbol, y también la revista France Football, lo nombraron Jugador del Siglo y el Comité Olímpico Internacional, Atleta del Siglo.
Que a los setenta años un hombre que ha logrado tales hazañas y recibido tales honores viva humilde y prudentemente es, en realidad, «la gloria de las canas». Vivamos con la vista puesta en la conquista de grandes hazañas, pero con humildad y honor.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

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