Como el Padre me mandó, así hago. Juan 14:31.
Los que han experimentado la bendición de Dios debieran ser las personas más agradecidas.
Debieran enviar hasta Dios palabras de acción de gracias porque Cristo vino en semejanza de carne de pecado, revistiendo su divinidad con humanidad para poder mostrar al mundo la perfección de Dios en su propio carácter. Vino a representar a Dios, no como un juez severo, sino como un padre amoroso...
El Señor Jesús es un ejemplo en todo. Por las obras que hizo dejó claro que él estaba en concilio con el Padre, y que en todas sus acciones él cumplía los propósitos eternos de Dios. En espíritu, en obras, en toda su historia terrenal, él reveló la mente y el designio de Dios para sus herederos entre la humanidad. En su obediencia a la ley de Dios, ejemplificó en su naturaleza humana el hecho de que la ley es una transcripción de la perfección divina. En el don de Cristo al mundo, Dios quería sorprender a los hombres y las mujeres caídos con una manifestación maravillosa de su gran amor con que nos ha amado; pero aunque deseaba que todos vinieran al arrepentimiento, la declaración no dejaba de expresar su carácter; él de ninguna manera iba a exonerar al culpable. Si él hubiera consentido en lo más mínimo al pecado, su trono se habría corrompido...
Todos los que reciben a Jesús como su Salvador personal también reciben la protección celestial y la luz celestial, porque los ángeles de Dios son enviados a ministrar a los que serán los herederos de salvación. La representación dada a Jacob de una escalera cuya base reposaba sobre la tierra y cuyo extremo alcanzaba el trono de Dios, por la cual ascendían y descendían los ángeles del cielo, es una representación del plan de salvación. Si la escalera dejaba de conectarse con la tierra por una mera pulgada, la conexión entre la tierra y el cielo se habría roto, y todo se habría perdido irremediablemente. Pero la escalera está firmemente plantada sobre la tierra, para que el cielo pueda conectarse con la tierra y la familia humana caída sea redimida y rescatada. Cristo es la escalera que Jacob vio, cuya base está sobre la tierra y cuyo peldaño de más arriba alcanza el trono de Dios... Por medio de Cristo, las inteligencias celestiales pueden comunicarse con los agentes humanos.— Signs of the Times, 11 de abril de 1895.
Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White
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