viernes, 1 de marzo de 2013

LA BARRERA DE LOS CUATRO MINUTOS


Los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán (Isaías 40: 31).

Roger Bannister fue el primer hombre que corrió la milla (1,609 metros) en menos de cuatro minutos. Durante nueve años, grandes corredores habían intentado esa hazaña, pero nadie había podido vencer la barrera de los cuatro minutos.
Al fin llegó el 6 de enero de 1954, el día en que Roger debía competir. Se había preparado mental, física y espiritualmente para el gran compromiso desde hacía muchos años. Pero la mañana del día anterior a la carrera había resbalado en un piso recién encerado y se le había visto cojeando. No obstante, Roger compitió y logró correr la milla en 3 minutos y 59.4 segundos. Bannister dijo que estaba tan cansado como «una linterna de baterías que hubiera estallado, sin ninguna voluntad para vivir».
Bannister se retiró del atletismo tres meses después de romper el récord y escribió un libro titulado The Four Minute Mué [La milla de los cuatro minutos] en el cual dice que «el ideal griego era que el deporte debería ser una preparación para la vida en general» y que la profesionalización y la corrupción, junto con un énfasis desmedido en la victoria individual, llevaron a deformar los juegos olímpicos de la antigüedad. Bannister fue el primero en recibir el famoso reconocimiento de «Deportista del año» que otorga la conocida revista Sports Illustrated. Más tarde llegó a ser un brillante neurólogo y director del Colegio Pembroke de la Universidad de Oxford. Si deseas saber más sobre Bannister, consulta «Sir Roger's Run», de David Epstein, en el sitio de Internet de la revista Sports Illustrated.
La vida cristiana es una carrera que se corre en el estadio del universo ante un público muy numeroso, en el que Dios es el principal espectador. La carrera puede ser agotadora, pero la promesa divina es que quienes confían en Dios no se cansarán ni se fatigarán, no importa lo larga y agotadora que sea la carrera. Pablo nos dice que debemos correr «con perseverancia la carrera que tenemos por delante» (Heb. 12:1). Esta carrera demanda nuestra mejor condición espiritual y física, un estado que se deriva, entre otras cosas, del ejercicio físico. Nuestra salud es importante en la carrera cristiana.
Dios nos ha dado principios de vida saludable que nos capacitan para tener una buena salud física, mental y espiritual. Analiza tus hábitos, no sea que hagas algo que cause que te canses en la carrera de la vida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

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