Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí. Salmo 40:8.
Ser cristiana significa ser una seguidora de Jesús y estar dispuesta a deponer la opinión personal para hacer su voluntad. Somos muchas las que deseamos recibir sus bendiciones y beneficios, y pocas las que estamos dispuestas a seguir sus mandamientos, y más bien continuamos aferradas a nuestras preferencias. Si queremos que Dios reine soberano en nosotras y nuestras familias necesitamos, con docilidad y fe, deponer el «yo creo», para dar paso al «así dice el Señor».
Si lo que hacemos está en armonía con la voluntad de Dios, nos mostramos dóciles y sumisas. Sin embargo, cuando lo que deseamos se opone a su voluntad, interpretamos sus deseos arguyendo: «Yo creo que Dios me entenderá si hago esto o aquello»; cuando así actuamos, pisamos terreno peligroso. No te confíes. No es tan sencillo actuar en consonancia con tales pensamientos, pues tiene consecuencias. Evita acostumbrarte a las reacciones que surgen en tu mente y evita justificarlas, no es tanto sacrificio si lo analizas bien.
Debemos vivir con la convicción de que lo que Dios dice está por encima de nuestras opiniones personales y deseos egoístas. No permitamos que nuestros conceptos nos vuelvan ególatras y banales, sin sentido espiritual, pues nos haremos insensibles a la voz del Espíritu Santo, y correremos el riesgo de ser abandonadas a nuestra propia suerte.
Cuando tengas dudas respecto a la voluntad de Dios, recuerda que él:
- Desea lo mejor para ti.
- Te ama con amor incondicional.
- Conoce tu vida de principio a fin y sabe lo que te conviene.
- Te concede una gran importancia.
- Es sensible a tus necesidades.
- Tiene mil soluciones para tus problemas, aunque tú no encuentres ninguna.
- Su respuesta vendrá en reciprocidad a tu entrega.
- No te dejará sola jamás.
En la conducción de tu hogar, en tu relación matrimonial, en la educación de tus hijos, en el trato con tu prójimo, déjate guiar por un «así dice el Señor» y no pensarás que tus actos son un sacrificio.
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado
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