Lugar: Kenia
Palabra de Dios: Mateo 11:28-30
¿Has visto imágenes de mujeres africanas llevando cosas sobre la cabeza? ¿No es asombroso cómo pueden equilibrar cargas tan pesadas? A veces, la carga que llevan puede pesar fácilmente 50 kilos. Hace algunos años, un misionero que construía una escuela tenía que hacer traer materiales de construcción de un lugar que quedaba a unos 37 kilómetros de distancia.
-Necesito contratar algunos trabajadores, para que transporten los materiales -anunció.
Una cantidad de personas respondió a su pedido, y se pusieron de acuerdo en que él les pagaría de acuerdo con el peso que trajeran.
Más tarde, ese mismo día, el misionero vio a una mujer que se acercaba a él con una gran carga sobre su cabeza.
-¿Dónde quiere que ponga estas cosas? -preguntó ella.
El misionero se sorprendió de que ella hubiera caminado los 37 kilómetros para recoger la carga y luego volviera con ella. Pero, lo estaba una sorpresa mayor todavía: la mujer había traído una carga de 55 kg.
Eso es mucho peso, ¿no es verdad? ¡Eso sí que es una carga! Jesús dijo: "Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana".
Jesús no estaba hablando de llevar materiales de construcción sobre la cabeza. Hablaba de la carga del pecado y la culpa, que muchos de nosotros acarreamos. "Vengan a mí", dice, mientras ofrece quitar nuestras pesadas cargas. "No tienen que arrastrar más ese peso. Entréguenme su carga de pecado y culpa".
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
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