Los sacerdotes no se raparán la cabeza, ni se despuntarán la barba ni se harán heridas en el cuerpo (Levítico 21:5).
Los seres humanos han marcado sus cuerpos con tatuajes desde hace miles de años. Estos diseños han servido como amuletos, símbolo de estatus, declaraciones de amor, distintivos de creencias religiosas, adornos e, incluso, formas de castigo. Joann Fletcher, investigadora del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, en Gran Bretaña, describió la historia de los tatuajes y su significado cultural para los pueblos de todo el mundo; desde el famoso Ótzi, el «hombre del hielo», una momia congelada de cinco mil doscientos años de antigüedad, hasta los maoríes de la actualidad.
Los primeros ejemplos conocidos de tatuajes en cuerpos se hallaron en varias momias de mujeres egipcias que datan del año 2000 a. C. Pero el reciente descubrimiento del «hombre del hielo» en la zona fronteriza entre Italia y Austria, que tiene unos cinco mil doscientos años, demuestra que la costumbre era mucho más antigua.
La especialista Joann Fletcher, y su colega de la Universidad de York, Don Brothwell, descubrieron que los tatuajes en el «hombre del hielo» tenían propósitos terapéuticos, pero los que se hallaron en las momias egipcias y en los entierros grecorromanos, eran, evidentemente, señales de glamour femenino. La única diferencia entre las momias egipcias y las liberadas mujeres de la actualidad es que las egipcias usaban los tatuajes en los muslos y estas últimas en zonas un poco más sugestivas.
Como ves, los seres humanos son poco originales. O quizá el cuerpo humano no ofrezca muchas posibilidades a los creadores de moda. «No hay nada nuevo bajo el sol», dijo el sabio Salomón. Pero debemos ser cuidadosos con lo que hacemos con nuestro cuerpo. El cuerpo es más sagrado de lo que su apariencia podría sugerir. El apóstol Pablo dice que el cuerpo debe ser guardado «irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo».
No te dejes llevar por modas raras, pasajeras, o a veces, indecentes. Mejor quiero desafiarte a que seas original en otro sentido. Conserva la originalidad de ser limpio e intachable en cuerpo y alma. Dios creó el cuerpo con fines elevados. Cuídalo. Después es muy difícil, o doloroso; o en algunos casos, imposible, devolverlo a su estado original, cosa que es una lástima. Cuando venga Jesús, entreguémosle un cuerpo bien cuidado, de tal manera que él pueda entregarnos uno de mejor calidad.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez
No hay comentarios:
Publicar un comentario