Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. Salmo 34:15.
Muchos abrigan la impresión de que la devoción a Dios va en detrimento de la salud. Aunque esta conclusión es radicalmente falsa, no carece de un fundamento aparente. Muchos profesos cristianos caminan bajo una nube. Parecería que piensan que es una virtud quejarse de la depresión de espíritu, de grandes pruebas y de severos conflictos.
Pero estas personas no representan correctamente la religión de la Biblia. En vez de ser un perjuicio para la salud y la felicidad, el temor del Señor se encuentra en la base de toda prosperidad real...
Ser conscientes de hacer el bien es la mejor medicina para los cuerpos y mentes enfermos. Quienes están en paz con Dios han asegurado el requisito más importante para la salud. La bendición del Señor es vida para el receptor. La seguridad de que los ojos del Señor están sobre nosotros, y que su oído está dispuesto a escuchar nuestra oración, es una fuente infalible de satisfacción. Saber que tenemos un Amigo que todo lo sabe, a quien podemos confiar todos los secretos del alma, es un privilegio que las palabras nunca podrían expresar.
El pesimismo y el desánimo causados supuestamente por la obediencia a la ley moral de Dios a menudo se los atribuye al descuido de sus leyes físicas. Aquellos cuyas facultades morales están ensombrecidas por la enfermedad no son los que deberían representar apropiadamente la vida cristiana, mostrar el gozo de la salvación o la belleza de la santidad. Demasiado a menudo se encuentran en el fuego del fanatismo o el agua de la indiferencia fría o el desánimo tenaz...
El deber de todo cristiano es seguir de cerca el ejemplo de Cristo: cultivar la paz y la esperanza y el gozo, que se manifestarán en una alegría no fingida y una serenidad habitual. Así pueden esparcir luz a todo su alrededor, en vez de proyectar la oscura sombra del desánimo y la tristeza.
Muchos constantemente ansían la emoción y la diversión. Se encuentran inquietos e insatisfechos cuando no están ocupados en risas, frivolidad y la búsqueda del placer. Estas personas pueden hacer profesión de fe, pero están engañando sus propias almas. No poseen el artículo genuino. Su vida no está oculta con Cristo en Dios. No encuentran gozo y paz en Jesús. — Signs of the Times, 15 de junio de 1882; parcialmente en Reflejemos a Jesús, p. 152.
Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White
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