Las cosas no deben suceder según tu razón, sino por encima de tu razón. Lutero
EN UNA OCASIÓN el filósofo británico Bertrand Russel (1872-1970) afirmó que de un enunciado falso se puede deducir cualquier cosa. Alguien que lo estaba escuchando le preguntó: “¿Quiere decir que si 2 + 2 = 5, entonces usted es el papa?” Russel contestó afirmativamente y procedió a demostrarlo: “Si suponemos que 2 + 2 = 5, entonces si restamos 2 de cada lado obtenemos 2 = 3. Invirtiendo la igualdad y restando 1 de cada lado, da 2 = 1. Como el papa y yo somos dos personas y 2 = 1, entonces el papa y yo somos uno, luego yo soy el papa”.
¡Un aplauso para la lógica humana! Puede convencerse de cualquier tesis si logra defenderla con argumentos “válidos”. Por eso puede parecemos que nuestras ideas son las lógicas, es decir, las correctas; pero no nos engañemos, si no están de acuerdo con los principios de la Palabra de Dios, son simplemente sofismas (argumentos para defender algo que es falso). Tal vez nuestros razonamientos y nuestra lógica estén de acuerdo con nuestra cultura, con la educación que hemos recibido y la manera en que nos han enseñado a ver el mundo, pero eso es una cosa y otra cosa es la lógica de Dios, la educación que quiere damos y su manera de concebir el mundo. Solo conociendo estos patrones de referencia, podremos valorar cuán lógica es nuestra manera de pensar.
La Biblia afirma que la lógica humana se halla muy lejos de la divina: “Porque mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya. Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar están por encima de las de ustedes” (Isa. 55:8, 9). Por eso “destruiré la sabiduría de los sabios y frustraré la inteligencia de los inteligentes” (1 Cor. 1:19, RV95). Para la mayoría de la gente, los planteamientos del evangelio son locura; la ley de Dios es locura; el cristianismo es locura y la bondad sin esperar nada a cambio ya no digamos, ¡locura total! Las razones de Dios están por encima de las razones de los hombres, por eso parecen locura.
Dios nos pide que andemos en su lógica, por absurda que parezca al mundo. Dios te dice: “Sumérgete en la sinrazón y yo te daré mi razón. Este es el camino de la cruz” (Lutero).
“Mis ideas no son como las de ustedes” (Isa. 55:8).
Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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