Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba. Génesis 29:20.
Cuando Jacob se despertó de su sueño, se dio cuenta de que el Señor había estado muy cerca de él. Ahora estaba seguro de que tenía un Salvador. “Aquella noche Jacob, el hijo consentido de su madre, experimentó el nuevo nacimiento y se convirtió en un hijo de Dios” (Manuscrito 85,1908).
Le prometió obediencia al Señor y, como un símbolo de su promesa, tomó la piedra que había usado como almohada y la apartó como un monumento. De la pequeña provisión de aceite que había llevado consigo, derramó un poco sobre la roca. Como dedicó el sitio, llamó el lugar Bet-el, es decir, “Casa de Dios”.
A la mañana siguiente, Jacob continuó su viaje hacia la Mesopotamia. Su corazón estaba más aliviado por la promesa de la compañía de Dios.
Después de unas tres semanas, había viajado 450 millas [724 km] y estaba cerca de su destino. Más adelante, pudo ver tres rebaños de ovejas que se apiñaban alrededor de un pozo de agua que tenía una piedra que lo cubría. Los pastores estaban esperando hasta que todos los rebaños estuvieran juntos antes de darles de beber. Jacob sonrió mientras iba hacia ellos.
“¿Conocen a Labán, el hijo de Nacor?”
Los pastores asintieron con la cabeza. “Lo conocemos”.
Jacob estaba ansioso por saber más. “¿Está bien él?”, preguntó.
“Está bien”. Luego, señalando a la distancia, dijeron: “De hecho, su hija Raquel está viniendo con las ovejas justo ahora”.
Tan pronto como vio a Raquel, la amó. Después de haberse presentado y ayudado a dar de beber a las ovejas, la Biblia dice que estaba tan emocionado que la besó. Raquel estaba tan entusiasmada que regresó corriendo a su padre para anunciar que el hjjo de su hermana había llegado de Canaán.
Pero Jacob no había llegado con camellos y presentes como lo había hecho Eliezer 97 años antes. Jacob tenía las manos vacías. Sin embargo, podía trabajar. Tanto quería casarse con Raquel que ningún trabajo le parecía demasiado extenuante o difícil. Labán arregló darle a su hija como esposa si trabajaba siete años para él. Jacob miró a Raquel y sonrió. ¡Trato hecho!
Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
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