Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Éxodo 15:2.
Demasiado tarde, el Faraón y su ejército se dieron cuenta de que nunca deberían haber seguido a los israelitas por el largo camino a través del mar. Hicieron todo lo que podían para girar sus ahora lentos carros y regresar.
Pero Moisés sabía que el momento había llegado. Cuando, una vez más, extendió su cayado sobre el mar, el camino que había sido una ruta de escape tan segura para los hebreos, de pronto se convirtió en una trampa mortal para los egipcios. Las fuerzas misteriosas que sostenían erguidas aquellas paredes de agua dejaron de hacerlo, y el mar se vino encima del aterrado ejército a lo largo de todo el camino. Faraón y sus poderosas fuerzas egipcias, que habían desafiado con osadía al Dios viviente tan poco tiempo antes, pagaron el alto precio por atacar a su pueblo indefenso.
Los hebreos miraban con sus bocas abiertas. Nunca antes en su vida habían visto tal espectáculo u oído tales sonidos. Cuando todo estuvo calmo, Moisés, tocado profundamente por la emoción y movido por la inspiración del Espíritu de Dios, comenzó a cantar. Su voz resonó por sobre la gran multitud de la playa.
“Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; ha echado en el mar al caballo y al jinete” (Exodo 15:1).
Esto se lo conoce en la Biblia como el cántico de Moisés, y es uno de los primeros y más maravillosos coros registrados por el hombre. Y como una gran voz proveniente de las profundidades del mar, todos los hombres israelitas comenzaron a cantar también. Luego, María tomó un pandero en su mano y comenzó a marcar el tiempo mientras lideraba a las mujeres en respuesta a esta gloriosa melodía:
“Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete” (vers. 21).
El pueblo de Dios nunca necesitó preocuparse por su Libertador. El Señor realmente quiere salvarlo, está listo para salvarlo y es poderoso para salvarlo.
Esta canción se cantará de nuevo para celebrar el triunfo final sobre Satanás y todas sus fuerzas malvadas, cuando venga Jesús.
Que tú y yo podamos conocerlo tan bien que seamos capaces de unirnos para cantar “el cántico de Moisés y del Cordero” con todo el pueblo de Dios cuando él vuelva a salvamos al final.
Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
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