“Bajó Moisés del monte Sinaí llevando las dos tablas de la ley; pero al bajar del monte no se dio cuenta de que su cara resplandecía por haber hablado con el Señor” (Éxodo 34:29).
Mi novio echó un vistazo a mi cara a través de la ventana y de inmediato supo que yo estaba hablando por teléfono con otro muchacho. Estábamos en un campamento de verano. Era tarde en la noche y yo me había despedido de mi novio horas antes, diciéndole que me iba a la cama (cosa que pensaba hacer). Pero, justo cuando había apagado la luz, mi mejor amigo me llamó. Desde que había entrado la llamada, yo había estado de pie, hablando con él en el teléfono público de la recepción. Me sorprendió saber que mi novio sabía exactamente con quién estaba hablando. Él había regresado, más tarde esa noche, para revisar algunos equipos y, al pasar por la ventana del hospedaje de las muchachas, me vio hablando por teléfono. Me dijo que se le rompió el corazón al ver mis ojos brillando y la sonrisa dibujada en mi cara (y yo lamento haberle roto el corazón). Él sabía que solo podía estar hablando con una persona, mi mejor amigo, y que yo estaba enamorada de él. Yo no me di cuenta de que mi cara cambiaba cuando hablaba con mi mejor amigo en ese entonces, y supongo que todavía lo hace (él es mi esposo ahora, aunque en ese momento yo no era del todo consciente de mis sentimientos por él). Algunas personas afirman que mis ojos todavía brillan cada vez que el teléfono suena y es él.
De la misma manera, el pueblo de Israel no tenía que preguntarse con quién había estado hablando Moisés cuando bajó del monte. Sabían exactamente quién era, porque “su cara resplandecía por haber hablado con el Señor”. El texto dice que Moisés no era consciente de ello, pero todos los demás sí. Era obvio. De hecho, le pidieron que cubriera su rostro porque los asustaba (lee Éxo. 34:29-35).
Cuando pasamos tiempo con alguien que amamos, se nota. Y funciona de la misma manera si compartes momentos con el Señor. Cuando pasas tiempo en su presencia, se nota no solo en tu cara, sino también en tu vida. Comienza a ser obvio que hay algo diferente en ti; y aunque tú tal vez no lo notes, los demás sí. Así que, adquiere el hábito de pasar tiempo a solas con Dios y la gente se dará cuenta. MH
Tomado de lecturas devocionales para Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
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