miércoles, 1 de febrero de 2017

MENUDO “GENIO”

“Los que tienen la sabiduría que viene de Dios, llevan ante todo una vida pura; y además son pacíficos, bondadosos y dóciles. Son también compasivos, imparciales y sinceros, y hacen el bien” (Sant. 3:17).

Hubo una vez un genio que tenía muy mal genio. Se llamaba Charles Babbage, y muchos lo consideran el ideólogo de la computadora. Las computadoras modernas se basan sobre muchas de sus ideas, pero por lo que se hizo famoso Babbage fue por haber inventado la calculadora. Hoy todo el mundo tiene calculadora: en el celular, en la computadora, en la casa… Pero antes de Charles Babbage, ese aparato electrónico ni siquiera existía. Y pensar que cuando tenía ocho años Babbage enfermó, y sus padres dijeron que nunca llegaría a ser muy inteligente… Cómo se equivocaron.
No hay duda: Babbage era un genio de las matemáticas; pero estaba lejos de ser un genio en sus relaciones interpersonales. Trataba mal a todo el mundo, incluidas las personas cercanas a él, como sus compañeros de trabajo y sus amigos. Los insultaba cuando cometían algún error; quería que fueran perfectos. Vivía este hombre pendiente de las fallas de los demás, por eso nadie quería toparse con él. Un día, Babbage intentó hacer una “máquina pensante”, una especie de computadora; pero para ello necesitaba un dinero que no poseía. Decidió pedir ayuda económica al gobierno británico, pero no se la dieron porque este genio matemático no le caía bien a nadie. Por si Babbage no tuviera suficiente mal genio, la negativa del gobierno a subvencionar su proyecto lo dejó más amargado todavía. Pocos años después, murió sin haber conseguido hacer realidad su gran proyecto. Otros lo consiguieron, ¡y con ayuda económica!
Es triste que Babbage no haya visto su gran invento hecho realidad; pero más triste es la razón por la que no lo logró. Su mal carácter le pasó una factura terrible. Y siempre sucede así. Cuando uno se muestra áspero, antisociable, intratable, los demás le huyen. Cuando viene a darse cuenta, está solo contra el mundo. Pide a Jesús que te ayude para que nunca te suceda eso. El que es genio, debe ser genial en todo… y la mala educación no tiene nada de genial.

Tomado de lecturas devocionales para Menores 2017
¡SALTA!
Por: Patricia Navarro 
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