«Mujer ejemplar, ¿quién dará con ella? Su valor excede al de las piedras preciosas. Su esposo confía en ella de todo corazón, y por ella no carece de ganancias» (Proverbios 31: 10-11).
El pastor Therlow J. Harper fue uno de mis más apreciados maestros en el seminario teológico de Montemorelos (México). Había acumulado una gran experiencia a lo largo de una vida de servicio al Señor. Pero era especialmente cuidadoso cuando hablaba de los temas relacionados con el hogar: «Jóvenes, hay tres elementos que se requieren en un buen matrimonio: admiración, confianza y respeto». Entonces, comenzaba a poner ejemplos para ilustrar sus declaraciones.
Esta fórmula aparece en la descripción de la mujer virtuosa de Proverbios 31: 10-11. Es cierto, una mujer es un tesoro que hay que admirar como merece. Pero también el hombre tiene necesidad de reconocimiento, especialmente de su esposa. Ambos están para admirarse mutuamente y encontrar en ello fortaleza para las luchas de la vida. Sin embargo, cuando eso no existe, se corre el peligro de que la admiración venga de personas ajenas al hogar, poniendo en grave riesgo a la familia.
La confianza es otro factor fundamental en una pareja. Confiar es depositar en otro lo mejor que uno tiene. Es estar seguro de que cuentas con un aliado para enfrentar las batallas cotidianas. Los seres humanos tenemos la necesidad de confiar en otros. Pero cuando no hay confianza en una relación amorosa, su futuro no es muy halagüeño. Además, cuando se confía más en otras personas que en la pareja (ya sean familiares, amigos o compañeros de trabajo), se puede abrir la puerta a un serio problema de infidelidad. Un hombre que confía más en una mujer que no es su esposa, puede meterse en problemas de adulterio. Lo mismo sucede en el caso de las mujeres. La confianza es fundamental en un hogar.
El respeto conlleva el reconocimiento de los derechos y las libertades del otro, así como de sus méritos y logros personales. El esposo de la mujer de Proverbios 31 reconoce que es gracias a su esposa que él tiene copiosas ganancias. En realidad, amar es respetar. Muchas personas pretenden despersonalizar a sus parejas para que se comporten como ellas exigen, aplastando su dignidad gravemente. De eso a los insultos, los agravios y los desprecios falta poco. ¿A quién le apetece una relación como esa?
Ahora que eres joven, cultiva la admiración, la confianza y respeto hacia tus amistades. Cuando llegue la hora de entablar una relación sentimental, desarrollarás tales virtudes con mayor facilidad.
Pide hoy al Señor que te ayude a convivir con los demás de la mejor manera.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN DE TI
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020.
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