—La Biblia es un libro para todos —empezó la madre con el relato—> aun para los niños. En el texto de hoy, Pablo dice a Timoteo que desde la niñez había aprendido de la Palabra de Dios. Y para hablarles de esto voy a contarles una historia. Una vez, un señor iba por un camino en Gales, en Europa, y se encontraba muy cansado y con mucha sed. Al ver una casa se acercó y vio a una niña que estaba muy entretenida en la lectura de un libro.
—¿Estaba leyendo la Biblia? —preguntó Susana.
—Paciencia, no se adelanten —dijo la mamá—. El señor, que se consideraba ateo, se acercó a la niña y le pidió un vaso de agua. Ella le dijo que entrara a la casa, que su mamá le podría dar no solo agua, sino también leche. El señor entró a la sencilla casa para descansar, tomó lo que se le había ofrecido y le llamó la atención el hecho de que la niña siguiera muy entretenida con su libro. El señor le preguntó si estaba estudiando para la escuela, a lo que la niña le respondió que no, que el libro que estaba leyendo era la Biblia. Él se asombró mucho y de nuevo le preguntó si tenía que leerla como tarea, a lo que la niña muy naturalmente le respondió que no, que para ella leer la Biblia no era una tarea, sino un placer. Le gustaba tomar tiempo para aprender cada día más acerca del amor de Dios. La respuesta sincera de la niña tocó el corazón del señor, que decidió leer también la Biblia y se convirtió en un creyente en Dios.
Tu oración: Querido Dios, gracias porque tu Palabra puede transformar a la persona más dura de corazón.
¿Sabías qué?
Creer en la Biblia no requiere una fe ciega, porque la Biblia apela a nuestra razón.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.
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