El arrastre de piedras es un deporte rural que viene practicándose en España y Francia desde épocas ancestrales. Es particularmente común en el País Vasco y también en las comunidades de Cantabria, Navarra y Castilla-León. Aunque los arrastres pueden hacerlo burros, muías, caballos o incluso hombres, la modalidad más extendida es el arrastre que efectúan yuntas (pares) de bueyes guiadas por yunteros. El deporte consiste en ver qué yunta puede cubrir mayor distancia en 30 minutos mientras arrastra una gran piedra. El peso promedio es de 2.000 kg por yunta. Ahora bien, cuando separamos los bueyes y los ponemos a arrastrar una piedra individualmente, cada vacuno tiene el límite de arrastrar 500 o 600 kg. ¿Cómo es posible que apliquen en yunta el doble de fuerza que si arrastran por separado? Ni la física, ni la fisiología, ni la psicología explican el fenómeno de forma cabal, pero la verdad es que, cuando ambos animales jalan en unidad, cuentan con una fortaleza mucho mayor que la suma de las fuerzas separadas.
El principio se traduce al ámbito humano: atletas, empleados de fábrica, artesanos, albañiles, inventores, entre otros, multiplican su fuerza al trabajar en equipo. Y no solo la fuerza física, sino también las tareas de naturaleza mental. Esto es, además, cierto en las relaciones. Cuando una pareja, una familia o un grupo de trabajo tienen metas comunes en las que todos creen, las alcanzarán de manera más rápida y eficaz. Dice el proverbio: “El hierro con hierro se afila, y el hombre con el rostro de su amigo” (Prov. 27:17). El proverbio no coloca a un amigo en posición de preeminencia sobre el otro. No es mayor, ni menor el que ayuda o el que es ayudado. Ambas hojas pierden partículas de hierro para afilarse mutuamente.
El texto de hoy contiene las palabras que Jesús pronunció ante los escribas porque ellos lo acusaban de expulsar demonios en alianza con Satanás. Jesús les hizo saber que, si él se aliara con Satanás, su casa estaría dividida y no habría resultado positivo. Jesús estaba en armonía con Dios y esa era la razón de su poder.
Nos queda claro que, en conjunción y en armonía con otros, las metas se alcanzan más fácilmente. Es un principio verdadero y útil. Pero aún es más poderosa la alianza con Jesús. A su lado y bajo su guía, tanto individuos como grupos, alcanzarán fines nobles y realizarán grandes empresas. Asóciate hoy con Jesús, invitándolo a cualquier pensamiento o acción que lleves a cabo.
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