El padre de Esteban le dijo que estaba pensando darle un regalo especial en su cumpleaños. Sin embargo, tenía que prometer que iba a cuidarlo bien. Esteban aceptó la condición. Entonces, el padre sacó de su carreta un borriquito de pocos meses con un vistoso lazo en el pescuezo.
Bueno, no eres un gato, ni un perro, como yo pensaba, pero te voy a tratar bien -dijo Esteban a su nueva mascota.
¿Sabes una cosa? El borriquito ahora es su mejor amigo y su medio de transporte por el campo.
¿Y yo?
Cuando hacemos algo con amor, recibimos siempre la recompensa. ¿Serías capaz de cambiar tus juegos predilectos por trabajar cuidando a un animal?
Mi oración para hoy
Jesús, muchas gracias por todo lo que me das cuando hago las cosas con amor.
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