sábado, 25 de mayo de 2013

EL PUERCOESPÍN BEBÉ

Lugar: Tanzania 
Palabra de Dios: Salmo 50:11

Tengo un terrible dolor de estómago -gruñó un hombre. Tirado sobre el piso, se enrolló como una pelota.
-Yo también -susurró su esposa-. Me siento muy débil.
Estos esposos no eran los únicos que estaban enfermos. Más y más gente del pueblo se estaba enfermando con el mismo mal intestinal. Probaron todos los remedios tradicionales que tenían, pero nada funcionó.
Más o menos al mismo tiempo, un señor llamado Babu tropezó con un puercoespín bebé huérfano. Decidió llevárselo a su casa y cuidarlo. Unos pocos días más tarde, Babu notó que el bebé puercoespín no parecía estar muy bien. Se estaba enfermando con los mismos síntomas que los aldeanos enfermos.
-Me gustaría poder ayudarte -dijo Babu-, pero nada parece funcionar.
Entonces, llevó al puercoespín afuera y lo liberó. Quizá podría cuidarse solo. Babu observó atentamente cómo el puercoespín dio vueltas por el bosque. Notó que, en lugar de comer su comida habitual, el puercoespín comenzó a masticar las raíces de la planta de mulengelele. Un par de días más tarde, el puercoespín parecía estar mejor.
Curioso, Babu decidió intentar algo. Tomó un poco de mulengelele y se lo dio a los enfermos de su aldea. En un día o dos, estaban bien, y el mulengelele se convirtió en parte de sus remedios caseros.
¿No es sorprendente cómo Dios dio a los animales la habilidad de cuidarse a sí mismos? Los dotó de los instintos especiales que necesitan. Dios dice: "Conozco a las aves de las alturas; todas las bestias del campo son mías"... incluyendo a un bebé puercoespín que curó a toda una aldea.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

EN LAS MANOS DEL ALFARERO

Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. Efesios 2:10.

Observar cómo el artesano toma la arcilla tosca entre sus manos hasta transformarla en una pieza de arte es algo extraordinario. Con el pie en la rueda y las manos en la arcilla sin forma, el artesano trata de lograr una obra perfecta, plasmando en ella su deseo de expresarse. Cuando no lo consigue, detiene la rueda y, con suaves apretones, deshace lo que había hecho, y vuelve a comenzar.
El artesano ama su trabajo y se implica en él. No solamente usa sus manos y sus pies, también pone todo el corazón, fija sus ojos en la obra sin distracciones. Pone todo su esfuerzo y dedicación, y cuando la vasija está terminada, muestra a todos su alegría por lo que ha logrado.
El relato bíblico describe la obra de un alfarero con las palabras siguientes: «Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien» (Jer. 18:3-4). Nosotros los seres humanos nacimos del barro que Dios tomó y modeló a su imagen y semejanza. La obra del Alfarero divino fue perfecta, sin tacha, como quedó registrado en su Palabra: «Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno» (Gen. 1:31).
¿Te das cuenta? ¡Tú eres fruto de las manos de Dios! Él te moldeó para que fueras perfecta, digna representante de su arte. No obstante, por culpa del pecado, la obra perfecta del gran Alfarero se desvirtuó. La buena noticia es que Dios está dispuesto a desechar el molde viejo para implantar en tu vida un molde nuevo. Él promete hacerlo con sus manos, fijar sus ojos en ti para no descuidar ningún detalle. Te promete una restauración total. Su promesa es: «Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (2 Cor. 5:17). Permitiendo que Cristo more en nuestro corazón vamos siendo moldeadas de acuerdo al criterio perfecto de Dios.
¡Lo viejo ha pasado! Malas acciones, malos hábitos, pecados sin confesar, compromisos sutiles con el mal, palabras vanas, vicios... Todas estas imperfecciones serán eliminadas con el toque de Jesús a su más amada obra, que eres tú.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

LA MISIÓN TIENE QUE SEGUIR

Pero él respondió: «Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras» (Lucas 19:40).

Las misiones extranjeras de los adventistas del séptimo día comenzaron a pesar de la actitud de algunos de sus miembros. La distribución de las primeras publicaciones adventistas inspiró a los inmigrantes a enviarlas a sus familiares en sus países de origen. Como resultado, a principios de la década de 1860 surgieron conversos en otros países. Para fines de 1864 África ya tenía al menos dos creyentes, y uno de ellos pronto llevaría el mensaje a Australia.
Le gustara o no, la Iglesia Adventista recién organizada se enfrentaba al desafío de las misiones extranjeras. No solo había conversos sino que estos pedían que enviaran misioneros a enseñarles. Como ocurrió en otras ocasiones, Jaime White fue el primero que comprendió la necesidad de implementar una misión más amplia del mensaje adventista. Un mes antes de la organización de la Asociación General, en mayo de 1863, escribió: «Nuestro mensaje es mundial». Y pocos meses antes de eso ya había señalado la necesidad de enviar un misionero a Europa. Luego, en junio de 1863, la Review and Herald informó que la Junta Directiva de la Asociación General podría enviar a B. E Snook como misionero a Europa antes del fin de 1863.
Si bien la organización andaba tan escasa de personal que no podía prescindir de B. F Snook, había un ministro que estaba más que ansioso de hacer el viaje. En 1858, Michael Belina Czechowski (exsacerdote católico polaco que en 1857 se había convertido al adventismo del séptimo día en Estados Unidos) escribió: «Cómo me gustaría viajar a mi país natal al otro lado del mar, y hablarles de la venida de Jesús y de la gloriosa restitución, y que deben guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús».
Pero Czechowski era nuevo en la fe y, según algunos, su personalidad no era la adecuada. Como resultado, la Iglesia Adventista se negó a enviarlo. Muy frustrado, el decidido polaco pidió a los adventistas del primer día que lo apoyaran. Y lo apoyaron. Pero cuando Czechowski llegó a Europa, predicó el mensaje adventista del séptimo día. La iglesia adventista está llena de gente interesante. Dios nos utiliza a todos a pesar de nuestros fallos obvios. Tenemos que estar agradecidos a Dios, nuestro Padre, por su gracia inagotable que nos capacita para cumplir su misión a pesar de todo.  Gracias a Dios que no se da por vencido a pesar de que somos tan lentos en cumplir su voluntad.
Deja que Dios le utilice hoy, comparte tu luz con alguien que la necesita.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

COLOQUE A DIOS EN PRIMER LUGAR

A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 1 Timoteo 6:17.

Es peligroso dedicar tiempo, pensamiento y fuerza a la búsqueda de ganancias mundanales, incluso si el esfuerzo perseverante es coronado por el éxito, porque al hacer tal cosa corremos el peligro de colocar a Dios y su justicia en un plano secundario. Es mucho mejor estar en la pobreza, soportar frustraciones y que nuestras esperanzas terrenales resulten deshechas que poner en peligro nuestros intereses eternos. Puede ser que se nos presenten tentaciones aduladoras, y quizá pensemos en obtener riqueza y honor, y así fijemos nuestro corazón y alma en empresas mundanales...
El dinero se ha convertido en la medida de la virilidad en nuestro mundo, y los hombres no son estimados por su integridad sino por la medida de riqueza que poseen. Así fue en los días antes del diluvio...
No determinemos ser ricos. Si notamos que la pobreza ha de ser el precio de permanecer en la verdad sencilla, vivamos por la verdad y heredemos la vida [eterna]. Jesús dijo que "no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". Los devotos de este mundo pueden reírse de esta declaración, pero no obstante es el consejo de la sabiduría divina... Los cristianos cuyos negocios los acercan al mundo, si siguen a Cristo, llevarán su cruz y enfrentarán sus pruebas con el Espíritu de Cristo. No harán un dios del mundo, ni usarán su cerebro o músculos para servir a Mamón. Advertirán que el cielo los observa, y cualquiera sea el éxito que obtengan, le darán la gloria a Dios. Advertirán que Dios sabe, a diferencia de nosotros, que pasarán unos pocos años más, y ya no existirán los tesoros de la tierra...
La visión del mundo venidero es lo que trae equilibrio a la mente de forma que las cosas que se ven no obtengan control sobre los afectos, que fueron comprados a un precio infinito por el Redentor del mundo. Por medio de la agencia del Espíritu Santo, las cosas invisibles y eternas son traídas ante el alma, y las ventajas del tesoro eterno e imperecedero aparecen ante los ojos de la mente en su belleza atractiva. De esta manera aprendemos a ver lo invisible y lo eterno, y a estimar las amonestaciones de Cristo de mayor valor que los tesoros del mundo.— Signs of the Times, 26 de junio de 1893.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

viernes, 24 de mayo de 2013

NO PUEDO RESPIRAR


Lugar: Escocia

Palabra de Dios: Efesios 6:15

Un hombre vivía solo en su casa de campo. Un día, comenzó a tener dificultades para respirar, y se encontró en grandes problemas. No tenía a nadie cerca, que pudiera ayudarlo. Si tan solo pudiera llegar hasta el teléfono y llamar pidiendo ayuda... Pero, el teléfono estaba demasiado lejos, y no tenía fuerzas para moverse.
El hombre miró a su alrededor, y vio un pedazo de cartón y una botella a su alcance. Quizá podría escribir una nota; pero ¿cómo lo ayudaría eso? Como no se le ocurrió ninguna otra idea, decidió intentar esta. "No puedo respirar, necesito ayuda", escribió sobre el cartón. Luego, puso la notita dentro de la botella.
¿Y ahora qué? Viendo la ventana abierta, juntó suficiente fuerza como para arrojarla botella afuera. Y luego se quedó allí, tirado, esperando y esperando, deseando que alguien viniera a rescatarlo.
No fue una persona la que encontró la nota, sino un perro, un border collie llamado Ben. El perro había estado trabajando con un pastor de ovejas, cuando repentinamente salió disparado. Unos minutos más tarde, volvió a su lugar con la botella. El pastor se sorprendió de que su perro le hubiera traído algo, pero tomó la botella y miró dentro. Allí, encontró la nota desesperada del hombre. El pastor hizo una llamada telefónica, y pronto una ambulancia llevó al enfermo al hospital.
Alrededor de nosotros hay muchas personas que están clamando: "No puedo respirar... ¡necesito ayuda!"; y nadie las oye. Quizá sea el chico de al lado, que se siente solo y no tiene amigos. Tal vez, sea el vecino del otro lado de la calle, que está sufriendo porque ha perdido a un ser querido. O acaso sea alguien que quiere conocer a Cristo. Piensa en esto. ¿Qué puedes hacer para responder a sus pedidos desesperados? Dios quiere que te acerques a ellos, con los pies "calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz".

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

CORTESÍA Y EVANGELIO

Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro. El hombre es como la hierba, sus días florecen como la flor del campo: sacudida por el viento, desaparece sin dejar rastro alguno. Salmo 103:13-16.

Las mujeres cristianas deberíamos ser las personas más corteses que existen. El evangelio práctico debe llevarnos a ser amables, consideradas, generosas y respetuosas con los demás, y esto conlleva respetar también sus ideas y su filosofía de vida, aunque no estemos de acuerdo con ellas. No tolerar, sino respetar.
Discrepar con alguien no nos da derecho a ser insolentes e irrespetuosas. La mujer cristiana representa a su maestro Cristo Jesús mediante una actitud compasiva y empática con los que están en el error y piensan de forma diferente a ellas. Esto no significa que debemos faltar a nuestro compromiso con Dios, ni tampoco que debemos aceptar nada que sea contrario a su voluntad.
La reina Ester, respetuosa de las costumbres de un país que no era el suyo, al presentarse ante el rey, como una muestra de respeto, esperó hasta que él le hubiera extendido su cetro, señal de que la escucharía. No actuó con agresividad ni violencia, aunque estaba dolida por el maltrato que su pueblo recibía. No impuso su presencia, aun sabiendo que era la esposa favorita de Asuero. Fue prudente y recatada, sabia y cautelosa, e hizo posible que la pena de muerte que pendía sobre su pueblo fuera revocada (Ester. 5).
Las almas que llevemos a Cristo, posiblemente las vamos a encontrar en los lugares más insólitos y con las ideas más extrañas. A pesar de ello, tenemos que ser de lo más respetuosas. No hemos de discutir, debatir, ni sufrir arrebatos de violencia; el mejor método es mostrarles el amor de Dios.
Podemos ser leales a Dios y a su doctrina sin pelear. Hablemos de sus enseñanzas sin despreciar el estilo de vida de los demás. Que nuestro celo por Cristo no emane de un egoísmo personal, sino más bien del sincero interés por ganar almas para el reino de los cielos.
Permitamos que la gente se acerque a nosotros, como nosotros nos acercamos a Dios: «Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos» (Heb. 4:16).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO

Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó (Lucas 15: 20).

La historia del hijo pródigo es verdaderamente aleccionadora. Algo similar sucedió en 1955, cuando un pelícano, exhausto por su largo viaje migratorio, hizo una escala no prevista en la isla Míkonos, en el mar Egeo. La visita cambió la historia reciente de esa pequeña isla.
Debido a su situación, la enorme ave era incapaz de pescar por sí misma, de modo que los pescadores locales, compadecidos, la llevaron a la casa de Teodoro, quien amaba a los animales silvestres de todo tipo. El pelícano fue agregado a la colección de Teodoro, que ya incluía otras aves y una foca. Teodoro escogió el nombre de Pedro para el pelícano, porque recordaba a otro héroe de la misma isla que también se llamaba así.
Pronto Pedro se convirtió en la mascota de la isla. Todos lo mimaban, le daban pescado o le abrían los grifos para que tomara agua. Los lugareños comenzaron a decir que tal vez Pedro era el inicio de un buen augurio de prosperidad. El pelícano creció vigoroso en una isla donde era muy apreciado.
Cierto día de primavera Pedro desapareció. Los isleños estaban de duelo. Pero pronto llegó la noticia de que Pedro había sido encontrado en la cercana isla de Tenos. Todos se pusieron muy contentos, pero los habitantes de Tenos no quisieron devolver a Pedro, lo cual produjo una tremenda indignación.
—¿Cómo se atreven a retener a nuestro pelícano? —protestaron airadamente los de Míkonos.
—Pedro abandonó Míkonos y escogió nuestra isla —dijeron los hombres de Tenos.
El litigio fue conocido como «la guerra del pelícano». Finalmente el gobernador regional solucionó el problema ordenando que Pedro fuese devuelto a Míkonos. Los 36,000 habitantes fueron al puerto a recibir al pelícano. Mientras Pedro descendía solemnemente del barco, las campanas de la iglesia repicaban sin parar.
Interesante, ¿verdad? ¿No ilustra esto la alegría del regreso del hijo pródigo? ¿Y no dice algo de la alegría que hay en el cielo por un pecador que se arrepiente? Independientemente de las ilustraciones interesantes que nos ofrece la vida y que dan cierto atractivo a las lecturas matinales diarias, Dios mismo se goza cuando nos volvemos a él, aceptando su gracia. ¡Ven, no tardes más! Te espera con los brazos abiertos.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

UN SERVICIO GOZOSO

Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin. Hebreos 6:11.

El Señor mira con aprobación las obras de sus siervos fieles... El deber del pueblo escogido de Dios siempre ha sido laborar desinteresadamente; pero algunos descuidan la obra que deben hacer, y otros se sobrecargan para compensar sus deficiencias. Si todos hicieran su parte con alegría, serían sostenidos; pero los que se quejan y murmuran a cada paso no recibirán ni ayuda ni recompensa.
Dios estaba descontento con los hijos de Israel porque murmuraban contra él y contra Moisés, a quien había enviado como su libertador. Los sacó de su cautiverio en la tierra de Egipto de una manera maravillosa, para elevarlos y ennoblecerlos y convertirlos en una alabanza en la tierra. Pero había dificultades que enfrentar, y cansancio y privaciones que soportar. Para ellos era necesario soportar estas pruebas. Dios los estaba sacando de un estado de degradación y equipándolos para ocupar un lugar honroso entre las naciones, y para recibir legados importantes y sagrados...
Olvidaron su servicio amargo en Egipto. Olvidaron la bondad y el poder de Dios manifestado por ellos en su liberación del cautiverio. Olvidaron cómo sus hijos fueron salvados cuando el ángel destructor pasó sobre Egipto. Olvidaron la gran exhibición del poder divino en el Mar Rojo, cuando Jehová proclamó: "Y ahí parará el orgullo de tus olas" (Job 38:11), y las aguas se juntaron y formaron una pared sólida. Olvidaron que, entretanto ellos habían cruzado sin percances el camino que les fue abierto, el ejército de sus enemigos, cuando intentó seguirlos, fue destruido por las aguas del mar...
Dios no ata sobre nadie cargas tan pesadas a cada paso que tenga que quejarse por su peso. Lo que gasta la maquinaria es la fricción y no el movimiento constante. Es la preocupación continua, y no la obra que hacen, lo que mata a estas personas...
Hay paz y contentamiento en el servicio de Cristo. Cuando estaba a punto de dejar a sus discípulos, les hizo esta promesa de despedida: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da" (Juan 14:27).— Signs of the Times, 12 de junio de 1884.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White