viernes, 27 de marzo de 2020

LA NAVE

«Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: “Si estos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros”» Hechos 27:31


Un viento huracanado dejó a los navegantes completamente desorientados en medio del mar Mediterráneo. Para controlar la situación, arriaron velas, aseguraron el bote salvavidas y arrojaron al agua una gran cantidad de enseres para aligerar la carga. Ni la pericia de los expertos, ni el empeño de los marineros fueron suficientes para controlar la tempestad; y finalmente, resignados, quedaron a la deriva.

Pasaron varios días en oscuridad y la desesperanza fue tan grande que ni siquiera tenían ganas de comer. A pesar de ello, el apóstol Pablo exhortó a los tripulantes de la embarcación a confiar en Dios y tener buen ánimo. ¿Cómo se puede tener buen ánimo cuando aparentemente todo va hacia la ruina? «Pues esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, y me ha dicho: “Pablo, no temas […] Dios te ha concedido todos los que navegan contigo”» (vers. 23-24).

La tormenta seguía igual y el mar seguía embravecido, pero la esperanza en que Dios cumpliría su promesa de salvarlos dio ánimo y fortaleza a los que estaban a punto de naufragar. De esta manera, dejaron el ayuno a un lado y esperaron en la nave hasta el momento de encallar.

En sentido figurado, también nosotros atravesamos distintas tormentas. Hay grandes dificultades que nos toman por sorpresa y, aunque tratamos de enfrentarlas con valor, los esfuerzos se tornan insuficientes y la pericia de los expertos limitada para recobrar la calma y estar tranquilos.

A veces, el desánimo agrava la situación y la desesperanza quita el deseo de satisfacer hasta las necesidades mínimas: el sueño se adquiere con dificultad y el alimento pasa a un segundo plano. Aun así, es posible renovar las fuerzas y recobrar el ánimo, confiando en que Dios dará salvación. «Os salvaré y seréis bendición. ¡No temáis! ¡Cobrad ánimo!» (Zacarías 8:13), dice el Señor.

Aunque la tormenta se extienda más de lo esperable, ¡ten ánimo! ¡No tengas miedo! Tienes una promesa de salvación que te ayudará a soportar las pruebas.

Los tripulantes de la nave debían permanecer a bordo para que esta promesa fuese efectiva. Para ti y para mí, esa nave es Cristo. El Señor dijo: «Permaneced en mí. […] Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor» (Juan 15:4, 9-10).

¿Estás atravesando una gran tormenta? ¡Ten ánimo! Dios ha prometido su salvación. Mientras tanto, permanece en Cristo, guardando sus mandamientos, pues es el modo indicado para permanecer en su amor.



DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2020.
UN CORAZÓN ALEGRE
Julián Melgosa y Laura Fidanza
Lecturas devocionales para Adultos 2020.

jueves, 26 de marzo de 2020

EL SEGUNDO DÍA DE LA CREACIÓN

«Que haya una bóveda que separe las aguas, para que estas queden separadas»  Génesis 1:6


En este día, Dios creó algo que no se ve, pero que nadie puede vivir sin él. ¡El aire! ¿Puedes sentirlo?

Entonces, pídele a tu mamá que conecte el secador del cabello, o también puedes sentirlo cuando vas en tu triciclo. ¡Espectacular! Este aire separó la tierra del cielo.


¿Y yo?

¡Haz la prueba de respirar profundamente! ¡Qué bueno es llenar tus pulmones de aire puro!


Mi oración para hoy

Muchas gracias, querido Dios, por el aire que respiramos.


 

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LOS MÁS PEQUEÑOS 2020
«CADA DÍA CON JESÚS»
Por: Maria Augusta Lopes, Lara Figueiredo, Paulo Sérgio Maced
Lecturas Devocionales para preescolares 2020.

LA CONQUISTA DE JERICÓ

«Por fe cayeron los muros de Jericó, después que los israelitas marcharon alrededor de ellos durante siete días». Hebreos 11:30


Continuaremos con el relato desde la perspectiva de Josué -inició la madre con el culto.

«Hola, ayer les conté cómo nos organizamos para la toma de Jericó. Estuvimos marchando alrededor de los muros de la ciudad, dando una vuelta cada día. Los habitantes de Jericó nos miraban desde la cima de la muralla; se veía que estaban listos para el combate. Estaban asombrados con nuestras marchas diarias, en las que no se oía nada más que el sonido de las trompetas. Algunos tenían miedo, otros no creían que pudiéramos derribar esa fuerte construcción.

»Por fin llegó el séptimo día. Apenas se sentían los primeros rayos del sol cuando iniciamos la marcha nuevamente de forma ordenada. Ese día caminamos siete veces alrededor de la ciudad, y a los vigilantes de la muralla les llamó la atención que marcháramos otra vez, y otra. ¿Cuántas más?, se preguntaban.

Y, ¿después qué seguirá? A la séptima vuelta, la marcha se detuvo, se escuchó el sonido fuerte de las trompetas, todo el pueblo gritó, la tierra tembló y los muros cayeron ante el asombro y el terror de los ciudadanos de Jericó, que se sentían seguros dentro de ellos. Todos nos dimos cuenta de que nosotros no habíamos ganado la victoria, sino que Dios había luchado en nuestro lugar.

»Los israelitas entramos para tomar posesión de Jericó. La indicación era que nada debíamos tocar ni tomar. Todo fue destruido: las personas, los animales, los hermosos palacios y casas; la riqueza de aquel lugar desapareció, y Jericó fue un lugar maldito.

La maldición caería sobre quien quisiera construirla nuevamente. Vimos con sorpresa de nuevo la mano de Dios con nosotros. Teníamos que continuar conquistando Canaán y sabíamos que no estábamos solos. Tú tampoco estás solo para alcanzar la victoria en este mundo. Confía en que Dios está siempre contigo. No te apartes de su camino».


¿Sabías qué?

Lo que no se podía destruir, como el oro y la plata, iba a ser dedicado a Dios.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2020.
“DESCUBRE EL MEJOR LIBRO DEL MUNDO”
Por: Noemí Gil Gálvez
Lecturas Devocionales para Menores 2020.

“EL QUE MONTA EN CÓLERA SIEMPRE CAE MAL”. – WILL ROGERS

“Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere”  Santiago. 1:19, 20.


No puedes culpar a Denny por sentirse frustrado. Ayer mismo había estado quitando un montón de ripio del camino cuando su jefe, de la administración de autopistas, le dijo que fuera a cambiar el aceite de un camión.

-¿No debería terminar de quitar este ripio? -preguntó Denny.

-No -contestó el jefe-. Tienes que cambiar el aceite ahora mismo.

Denny dejó la pala clavada en el montón de piedras y se fue a terminar su día laboral debajo de un camión de recolección de basura.

Cuando Denny llegaba al lugar de trabajo a la mañana siguiente, el jefe lo increpó duramente.

-Tienes que mover ese montículo de ripio ahora mismo -vocifero-. Está bloqueando el camino.

Denny podía ver una fila de camiones esperando poder entregar materiales, No lo dijo en voz alta, pero pensó: No te enojes conmigo. Yo quería mover el ripio ayer a la tarde. Al caminar hacia la pila, se enfurecía cada vez más. Cuando llegó, estaba hirviendo de cólera. Tomó la pala por el mango y expresó su enojo lanzándola con el brazo desde atrás de la cabeza, como si fuera una lanza.

Lamentablemente, se había olvidado de algo importante sobre la forma de las palas. Al lanzar la herramienta hacia adelante, la parte más ancha de la pala lo golpeó en la cabeza. Le pegó con fuerza, y cayó de boca sobre el montículo de ripio. Todos los camioneros que estaban observando comenzaron a reírse con tantas ganas que se los escuchaba por sobre el ruido de los motores.

Denny no se hizo mucho daño, y pronto se puso a trabajar. Pero tuvo que oír las burlas de los camioneros que pasaban. Aunque algunos no lo habían visto personalmente, se enteraron por otros camioneros que contaban la historia por las radios de la empresa.

Más tarde, Denny serio del incidente con tantas ganas como los demás. Él no se toma las cosas muy en serio. Lo que sí se toma en serio es su temperamento. Sabe por experiencia cuánta verdad hay en la cita de hoy: “El que monta en cólera siempre cae mal”.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.

NO TE HAGAS IMAGEN

Leemos en las Sagradas Escrituras: «Guardad, pues, mucho vuestras almas, pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego, para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de hombre o de mujer» (Deut. 4:15, 16, RV95).


Estas eran palabras importantes de Dios a su pueblo por medio de Moisés, pues bien conoce el Señor que el ser humano tiende a expresar su concepto de la divinidad por medio de representaciones físicas y materiales. Sin embargo, nuestro Señor, tras su manifestación más espectacular en el monte Sinaí, dejó claro a su pueblo que ni siquiera esa ocasión debía ser usada como excusa para la idolatría de imágenes y estatuas.

Por el bien de nuestras almas, Dios fue muy cuidadoso en sus manifestaciones, pues no quiere que nos corrompamos haciendo esculturas, figuras o efigies de cómo creemos que es él. ¿Por qué? Porque no quiere que las adoremos. «Nuestro Dios está en el cielo; él ha hecho todo lo que quiso.

Los ídolos de los paganos son oro y plata, objetos que el hombre fabrica con sus manos: tienen boca, pero no pueden hablar; tienen ojos, pero no pueden ver; tienen orejas, pero no pueden oír; tienen narices, pero no pueden oler; tienen manos, pero no pueden tocar; tienen pies, pero no pueden andar; ¡ni un solo sonido sale de su garganta! Iguales a esos ídolos son quienes los fabrican y quienes en ellos creen» (Sal. 115:3-8). ¿Qué sentido podría tener, pues, que adoremos objetos materiales, por más que a través de ellos creamos estar representando las realidades divinas? Está claro que Dios no quiere que nos hagamos ídolos, ya que en ellos no hay poder ni virtud alguna.

Lamentablemente, vivimos inmersos en una cultura de la idolatría. Yo misma recuerdo cuando, de niña, mi padre me llevaba a las procesiones de Semana Santa. Yo observaba esas grandes esculturas y me asombraban. Pero desde que conozco la verdad de la Biblia comprendo que Dios no quiere que me haga imágenes de lo que hay arriba en el cielo y, mucho menos, que las adore. Nunca lo ha querido, ni en tiempos del Antiguo Testamento ni hoy.

 

«No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra»  Éxodo. 20:4


DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
UN DÍA A LA VEZ
Patricia Muñoz Bertozzi
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020.

EL ROBO DE UNA BIBLIA

“Si el Señor dirige los pasos del hombre, ¿cómo puede el hombre entender su camino?” Proverbios 20:24

Juan era un joven que se había rodeado de malas compañías y, en un momento de su vida, se inició en la delincuencia cometiendo algunos robos. El dinero fácil y la destreza para tomar lo que no era suyo le resultaba emocionante. Pero uno de esos días se acercó a un coche y vio en su interior un extraño libro negro cuyo canto dorado brillaba solemnemente.

“Ese libro debe ser importante, se ve muy atractivo”, se dio a sí mismo. Así que no dudó en romper el cristal de una de las ventanillas con una piedra y se llevó el misterioso volumen. Cuando llegó a su casa se dio cuenta de que se trataba de una Biblia y, paulatinamente, comenzó a leerla como pudo.

El habilidoso ladrón se sintió conmovido con la lectura de la Palabra de Dios y suplicó al cielo ayuda para cambiar de vida. Fue así como el Señor lo condujo a un templo adventista que estaba cerca de donde él vivía. Allí aprendió la doctrina cristiana y, tiempo después, fue bautizado.

Años más tarde, Juan se encontró con Daniel, un fiel cristiano que gustaba de predicar el evangelio. Cuando Juan sacó su Biblia, Daniel comentó:

-Vaya, qué linda Biblia, se parece a una que yo tuve hace tiempo.

-Es una Biblia especial para mí. Ella me condujo a Dios -respondió Juan.

Entonces, Daniel tomó el texto sagrado y leyó su nombre en las páginas iniciales.

-¡Pero si es mi Biblia! ¡Tiene mi nombre! ¡Alguien la robó de mi coche hace varios años! -aseguró Daniel.

-Sí, hermano. Fui yo quien robó esta Biblia de un vehículo sin saber de lo que se trataba. Pero este Libro cambió mi vida -reconoció Juan.

Ambos creyentes se abrazaron emocionados al ver cómo el Señor había obrado para transformar una vida.

La Biblia tiene poder para cambiar todo tipo de vidas. Quienes la leen, no pueden permanecer indiferentes a ella, ya que la promesa es: “Así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no vuelve a mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo aquello para lo cual la envié” (Isaías 55:11).

Tú también puedes ser transformado por el poder de Dios a través de la lectura de la Biblia. ¡No pierdas hoy esa gran oportunidad!


DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN DE TI 2.0
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020

EL DIOS DE MI SALVACIÓN

«Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación» Habacuc 3:17-18.

Habacuc se sentía decepcionado y no titubeó en presentar su queja ante Dios:«¿Hasta cuándo, Jehová, gritaré sin que tú escuches, y clamaré a causa de la violencia sin que tú salves? ¿Por qué me haces ver iniquidad y haces que vea tanta maldad? Ante mí solo hay destrucción y violencia; pleito y contienda se levantan.

Por eso la Ley se debilita y el juicio no se ajusta a la verdad; el impío asedia al justo, y así se tuerce la justicia» (Habacuc 1:2-4). Claramente la queja del profeta se dirige a Dios, a quien consideraba tan limpio y justo como para no ver la maldad ni intervenir para evitarla (vers. 13).

No obstante, Dios responde a las quejas de Habacuc y le asegura que él no es indiferente a la injusticia de los malos ni al sufrimiento de sus hijos. A través de una serie de preguntas trata de hacerlo reflexionar y busca reorientar su mirada desde sus preocupaciones presentes hacia el juicio venidero. Y entre sus argumentos subraya que «el justo vivirá por la fe» (Habacuc 2:4).

Es interesante notar que, luego de la respuesta divina, el profeta manifiesta un verdadero cambio. Ya no tiene ojos para la violencia, pues fija la mirada en las manos de Dios, donde — dice- «está escondido su poder» (Habacuc 3:4).

Habacuc entiende, proféticamente, que las marcas en las manos de Cristo son la evidencia de su gran amor, la mayor prueba de su solicitud por la raza humana y la garantía de su salvación. Ante esta nueva perspectiva logra expresar una de las frases más optimistas de la Biblia: «Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales…». En otras palabras, ¡aunque todo absolutamente me vaya mal! con todo… seguiré teniendo fe y me alegraré en el Dios de mi salvación.

El Dios de mi salvación está totalmente comprometido en todo lo que me sucede. Él me busca para dar un giro a mis pensamientos y me da fuerzas para vencer por la fe. Por eso, puedo alegrarme en su salvación, aunque las cosas no ocurran como yo lo desee.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2020.
UN CORAZÓN ALEGRE
Julián Melgosa y Laura Fidanza
Lecturas devocionales para Adultos 2020.

miércoles, 25 de marzo de 2020

EL PRIMER DÍA DE LA CREACIÓN

«Entonces Dios dijo: “¡Que haya luz!”. Y hubo luz»  Génesis 1:3-4


Dios creó la Tierra para que nosotros vivamos en ella. En el principio, estaba oscura y vacía. Sin embargo, Dios dijo: «Sea la luz», y hubo luz. Es muy bueno que haya luz.

Más adelante, Dios separó el día de la noche. También es muy bueno cuando oscurece y toda la naturaleza, los animales y las personas van a descansar.

¿Y yo?

Durante el día puedes jugar, comer y estudiar. Durante la noche, mientras duermes, estás creciendo.


Mi oración para hoy

Muchas gracias, mi Dios, porque comenzaste a crear este mundo para mí.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA LOS MÁS PEQUEÑOS 2020
«CADA DÍA CON JESÚS»
Por: Maria Augusta Lopes, Lara Figueiredo, Paulo Sérgio Maced
Lecturas Devocionales para preescolares 2020.