domingo, 29 de mayo de 2011

LAS FIESTAS DE FIN DE AÑO

Separados de mi nada podéis hacer. Juan 15:5.

Aunque todavía faltan varios meses para las fiestas de fin de año, creo que dentro del tema de la "recreación o diversión" es necesario tratarlas. Para celebrar la Navidad y la llegada del nuevo año se hacen grandes preparativos, se acumula mucha comida, se organizan encuentros familiares y de amigos, se compran regales y se hacen largos viajes.
Todavía recuerdo como seguí a través de la televisión los festejos mundiales para despedir el año 1999 y recibir el 2000. De manera casi simultánea, la televisión satelital logro combinar los festejos de los países que poseen un gran poder económico y le mostro al mundo las geniales actividades planeadas para comenzar el nuevo milenio. A una escala mucho menor, muchas familias entran en enormes compromisos cada fin de año.
Las fiestas de fin de año, que debieran recordar la llegada de Jesús al mundo y producir en nosotros una expresión de gratitud por haber concluido un año y la posibilidad de comenzar otro, muchas veces son empleadas para comer en exceso, emborracharse y divertirse disipadamente. Lamentablemente, muchos cristianos se unen a los incrédulos para festejar como lo hacen estos, y olvidan que hay un Dios que los mira y los juzga. La Navidad y la llegada del nuevo año se transforman así en diversiones provistas por el enemigo para que los hombres deshonren a Dios con sus actos.
Cada vez que las Escrituras hablan de una fiesta, tienen una connotación religiosa. Las fiestas del Antiguo Testamento, las bodas o la dedicación de los niños, eran ocasiones en que se pedía la bendición divina sobre las personas o el pueblo.
En las próximas fiestas navideñas y de fin de año, permite que Jesús siga siendo el protagonista principal de tu vida. No acudamos a Dios solo cuando nos falta la salud, el trabajo o cuando hay problemas en el hogar o nos sintamos solos. Damos el primer lugar al Salvador también en las ocasiones festivas.
Jesús resumió la actividad de la vida cristiana con las siguientes palabras: "Separados de mi nada podéis hacer". Nunca, ni siquiera en las fiestas de fin de año, debemos separarnos de Jesús.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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