«El Señor le dijo a Moisés: "Toma una misma cantidad de las siguientes especias: resina, uña aromática, incienso puro y galbana aromático, y prepara con ellas un incienso puro y santo, mezclándolo todo bien, como un perfumero al hacer sus perfumes"» (Éxodo 30: 34, 35).
Espera, ¿hueles eso? Estoy un poco sudado después de caminar tanto durante un mes, así que lo que huele así de bien no soy yo. Creo que ya sé qué es. Es incienso. El incienso está hecho de la savia seca molida de varias plantas y árboles. Cuando lo encendemos, huele realmente bien. Bueno, casi siempre.
Dios le pidió al Sumo Sacerdote que usara incienso para un día muy especial llamado el «día de la expiación». Una vez al año el Sumo Sacerdote entraba al lugar santísimo del tabernáculo, donde estaba el arca del pacto. Parece que a Dios le gusta el olor del incienso, porque el sacerdote debía llevar este incienso aromático al lugar santísimo. Eso quiere decir que olía bien.
La Biblia compara nuestras oraciones con e incienso en Apocalipsis 8: 3. Así como a Dios le gusta el olor del incienso aromático, también le gusta escuchar nuestras oraciones. En tus oraciones, puedes hablar con él como con un amigo, pero recuerda, él es también nuestro Dios todopoderoso. ¡Qué maravilloso es tener al Rey del universo como nuestro mejor amigo!
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush
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