viernes, 3 de febrero de 2012

¿DE VERDAD QUE ESTÁ ESCUCHANDO?

«Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman» (1 Corintios 2:9).

¿Alguna vez, mientras conversaba con alguien sobre algo importante, ha advertido que esa persona tenía la mente en «otra parte»? No estaba concentrada en lo que usted decía y hasta podía estar mirando hacia otro lado. ¿No le parece una actitud un tanto grosera?
En la vida cristiana es fácil que esto también ocurra. A menudo hablamos de la venida de Jesús y de cómo será el cielo, pero, por así decirlo, tenemos el corazón mirando para otro lado. Sin embargo, si tenemos un corazón puro (si somos sinceros y sin doblez), veremos a Dios. Me parece que muchas veces nos preocupa más la vida cotidiana que la eterna. Sin lugar a dudas, desde el punto de vista emocional, el aquí y ahora influye más en nosotros que el dulce porvenir eterno.
¿Qué tendrá preparado Dios para quienes lo aman? No hay palabras para describir la tierra nueva. Algunos lo han intentado: «Después me mostró un río limpio, de agua de vida, resplandeciente como cristal, que fluía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en ella, sus siervos lo servirán, verán su rostro y su nombre estará en sus frentes. Allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos» (Apoc. 22:1-5).
«"No vi templo en ella; porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero son el templo de ella" (Apoc. 21:22, VM). El pueblo de Dios tiene el privilegio de tener comunión con el Padre y el Hijo. [...] Estaremos en su presencia y contemplaremos la gloria de su rostro» (El conflicto de los siglos, cap. 43, p. 656).
Haga lo que haga hoy, dedique un tiempo a reflexionar sobre las palabras: «Verán a Dios». (Basado en Mateo 5: 8).

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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