viernes, 4 de mayo de 2012

LO QUE DAS, VUELVE A TI.


«Y así como el mar desaparece el agua, y los ríos se agotan y se secan» (Job 14:11 NVI)

El versículo de hoy nos dice que el agua desaparece del mar. ¡Cómo puede el agua desaparecer del mar?  Pues sí puede, y a este fenómeno se lo conoce como  «evaporación».  Aunque no podemos verlo, el agua se va a alguna parte. ¿Sabes dónde se va?
Cuando el sol calienta el agua, esta se concierte en pequeñas partículas y sube al cielo. Cuando estas partículas se unen, forman las nubes.  Cuando las nubes  se llenan de mucha agua, llueve, y el agua regresa al océano.  Este es un ciclo en el que el agua sube al cielo para volver a caer en el océano.
La vida cristiana también es así.  Cuanto más damos, más recibimos.  Dios nos dice que él ama al dador alegre y quiere bendecirnos con todo lo que necesitamos.  No debes tener miedo de dar lo que Dios te pida, ya sea tu tiempo, tu dinero o cualquier otra cosa.  
Lee Malaquías 3:10 y descubrirás que, cuando das como el océano, Dios te dará más de lo que puedes imaginar.  Si das, Dios te dará a ti.  Ese es el ciclo del amor.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

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