«Todos nosotros somos como un hombre impuro; todas nuestras buenas obras son como un trapo sucio; todos hemos caído como hojas marchitas, y nuestros crímenes nos arrastran como el viento» (Isaías 64:6).
Mientras estás leyendo nuestra aventura de hoy, algunos estarán en la mitad del verano. Y otros estarán en la mitad del invierno. Depende del lado de la tierra en el que vivan. Hoy, sin embargo, quiero hablar del otoño. El otoño es mi época del año favorita.
El versículo de hoy habla de lo que les ocurre a las hojas en otoño. Se marchitan. Lo malo del versículo de hoy es que dice que todos somos como hojas marchitas. Dice que el pecado tiene control sobre nosotros. ¿Qué podemos hacer?
Lo único que podemos hacer es entregarnos a Jesús. Él es el gran doctor de los árboles. Él puede «reverdecen» nuestro corazón y convertir nuestra vida marchita en una vida que sea de bendición para los demás. Él puede evitar que seamos arrastrados por el pecado. Pídele a Jesús que entre una vez más en tu corazón o quizá que entre por primera vez. Él te convertirá en un árbol verde y hermoso que lo honre durante todo el año.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush
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