Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, al acostarle y cuando te levantes (Deuteronomio 6:6-7).
Recuerdo el día en que me llamó la esposa del pastor de mi iglesia, pidiéndome que presentara el mensaje del culto durante el Día del niño. Lo acepté con la mejor disposición. Cuando llegó a mis manos el material me pareció interesante. Llevaba como título: «El cielo es para los niños». Aunque pensé que el cielo es también para los adultos.
«El cielo es para los niños», ¡qué hermoso título! La Biblia describe ese hogar de una manera interesante. Por ejemplo, se dice que será un lugar hermoso, seguro y que allí no habrá oscuridad, enfermedad ni muerte. ¡Qué fascinante será estar en él! Pero, ¿sabes algo? Ese maravilloso lugar no es solamente para los niños, sino que también es para ti y para mí, según lo promete nuestro Padre celestial (ver Juan 14:1-3).
Es importante que nos preparemos para llegar al cielo. recuerda que Dios te ha dejado una bella heredad: tus hijos, quienes representan tanto una gran bendición como una responsabilidad. Si deseas que ellos lleguen al cielo, debes enseñarles el camino, como lo hicieron Jocabed, Ana, Sura, María y otras más. Es por eso que el título de la presente lectura es «Una obra intransferible».
Nuestra tarea no la puede realizar la maestra de Escuela Sabática una vez a la semana; tampoco la maestra del colegio o el pastor de la iglesia. Esa gran encomienda la deben llevar a cabo los padres. Debes hacer tu parte con paciencia, tratando de que tus hijos se enamoren del Señor por medio de los relatos de las Sagradas Escrituras y de la oración ferviente.
Enséñales a tus hijos las doctrinas cristianas: el sábado, las Escrituras, la mayordomía, el servicio, la salvación y otras. Que ellos puedan ver en tu vida el gozo de ser un hijo o una hija de Dios, y que puedan considerar su hogar terrenal como un pedacito de cielo. Al meditar en el texto clave para hoy podrás decir con toda firmeza: «El cielo es para mis hijos».
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Patricia Fonseca de Puerta escribe desde Colombia.
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