«Gente de Rodas comerciaba contigo. Hacías negocios con numerosos países del mar, que te pagaban con marfil y ébano» (Ezequiel 27:15).
Ten cuidado ahora, o tendrás que pagar por mirarlos. Hoy caminaremos por África y veremos elefantes. Mira esos largos colmillos blancos y curvos que salen de la parte de arriba de la boca de ese elefante. De hecho son dientes, pero la gente los llama colmillos. Esos colmillos están hechos del mismo material del que están hechos tus dientes. Debido a su tamaño, a que por dentro son de color blanco puro, y también al hecho de que no hay muchos elefantes en el mundo, los colmillos de elefante son muy valiosos. Tan valiosos, que hay algunas personas que matan a los elefantes para sacárselos y vender el marfil. A mí me alegra que ahora haya leyes que protejan a los elefantes de esa clase de maltrato.
Sin embargo, yo conozco algo que es más valioso que el marfil, y es Jesús. A él no tenemos que pensaren robarle para poder tenerlo. Él siempre está ahí para escuchar nuestras oraciones y ayudarnos en todo momento. ¿No te sientes feliz de que la persona más valiosa del mundo te ame de esa manera?
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush
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