“Que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira" (Santiago 1:19).
Puntos para tener en cuenta:
1. Cuando las emociones se alteran es sabio tomarse un descanso si el conflicto alcanza un nivel peligroso.
2. Nunca tocar al otro para hacerle daño, solo para acariciarlo o librarlo del peligro.
3. Nunca nos iremos a dormir enojados.
4. El fracaso no es una opción. Pase lo que pase, proponte resolverlo. Los límites personales son reglas que se deben practicar por cuenta de cada cónyuge.
Aquí tienes algunos de los ejemplos más efectivos:
A). Escuchar antes de hablar. "Que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira" (Santiago 1:19).
B). Abordar los propios problemas con franqueza sin involucrar al otro. "¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?" (Mateo 7:3). 3.
C). Hablar con dulzura y no levantar la voz. "La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira" (Proverbios 15:1).
D). Pelear limpio significa cambiar de armas; disentir con dignidad. Como resultado se debería tender un puente de conciliación en lugar de quemarlo.
E). Recuerda, el amor no es una pelea, sino que siempre vale la pena pelear por él.
F). Marca el problema, no a la persona.
G). Los insultos y la violencia son las herramientas de quien no tiene argumento.
H). Nunca golpee al más débil, eso es cobardía.
El desafío de hoy
Habla con tu cónyuge para establecer reglas de juego saludables. Si no estás listo para esto, entonces anota tus propias reglas personales para respetar durante las discusiones. Decide cumplirlas cuando vuelva a surgir un desacuerdo.
PÍDELE A DIOS QUE TE AYUDE A CONTROLAR TUS EMOCIONES.
Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur.
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