De Lugar: Francia
Palabra de Dios: Efesios 4:32
El casamiento debió haber sido un acontecimiento espectacular. El rey Luis VII, de Francia, se casaba con Eleanor, la hija de un duque muy rico. Ella traía consigo una gran dote, dos provincias del sur de Francia, y el rey se convertía, así, en un hombre mucho más rico.
La historia cuenta que, poco tiempo más tarde, el rey se fue de viaje. Durante ese viaje, se cortó la barba. No tenía idea de cuánto le molestaría esto a su esposa.
-¿Por qué te afeitaste la barba? -preguntó Eleanor, cuando su esposo volvió a casa-. Te ves muy feo sin ella.
"¿Cómo se atreve a hablarme así?" pensó, furioso, el rey. Su enojo ganó, y se negó obstinadamente a volver a dejarse crecer la barba.
La reina tampoco estaba dispuesta a ser tratada así. "Merezco más respeto", se dijo a sí misma. Se divorció del rey de Francia y se casó con el rey Enrique II, gobernante de Inglaterra. Entonces, exigió al rey Luis VII que le devolviera la dote y se la diera a su nuevo marido. Cuando el rey Luis VII se negó a hacerlo, el rey Enrique II le declaró la guerra.
Los dos países pelearon la "Guerra de los Bigotes" durante 301 años, hasta que finalmente, declararon la paz en 1453. ¡Cuán necio que todo haya comenzado porque un rey se haya cortado la barba! Un pequeño incidente llevó a una gran guerra; todo, porque dos personas rehusaron ser amigables una con la otra.
¿Qué habría pasado si Eleanor hubiera sido más bondadosa con su opinión? ¿Qué habría ocurrido si el rey Luis VII hubiese sido más comprensivo? ¿Qué habría sucedido si los dos hubieran estado más dispuestos a perdonar? Cuánto mejor habría sido todo si hubieran seguido el consejo del apóstol Pablo: "Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo". No permitas que las cosas pequeñas se agranden, hasta la desproporción.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
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