jueves, 6 de junio de 2013

NO LEVANTARÁS FALSO TESTIMONIO

No des falso testimonio en contra de tu prójimo (Éxodo 20:16).

Si tienes tiempo, te animo a intentar lo siguiente. Párate a unos tres metros de distancia de una persona, cierra tu ojo derecho y mira a su cabeza con el ojo izquierdo. Ahora, poco a poco empieza a mover tu ojo izquierdo horizontalmente hacia la derecha, alelándote de la cabeza de la persona hasta que el punto ciego caiga directamente sobre su cabeza. Te darás cuenta de que a esa distancia, la cabeza desaparecerá. Cuando el rey Carlos II, conocido también como el rey científico, se enteró de este fenómeno, empezó a divertirse grandemente “decapitando” a damas de compañía y a criminales con su punto ciego; después los enviaba a la guillotina. Todavía hoy, algunas personas se divierten durante las reuniones aburridas “decapitando” al presidente de la junta.

El problema del punto ciego puede ser bastante serio. Cuando Larry McDonald tenía 27 años de edad sufrió un accidente de automóvil muy grave que fracturo sus huesos frontales, justo encima de los ojos, y lo dejo en estado de coma durante dos semanas. Larry finalmente se recuperó, pero quedo ciego completamente en la mitad inferior de su campo de visión. El problema era que en esa parte ciega experimentaba alucinaciones que podían ser muy reales. Curiosamente, las imágenes que veía en la parte ciega tenían colores más brillantes y vividos. A este fenómeno se le llama el Síndrome Charles Bonnet. En una ocasión, por ejemplo, Larry creyó ver un mono extraordinariamente real sentado en el regazo del médico que lo estaba atendiendo, un primate que había sido creado por su cerebro. Al principio Larry tenía dificultad para distinguir entre las imágenes que su cerebro creaba y las que existían en la realidad, pero con el tiempo aprendió a distinguir las alucinaciones de la realidad.

Yo quisiera sugerirte que estas alucinaciones son semejantes a los chismes. Cuando existe una región ciega muy grande en nuestro campo de visión tenemos la tentación de llenarla con todo tipo de datos porque nuestro cerebro, como la naturaleza, odia los espacios vacíos. Tristemente, así es como surgen los chismes y los falsos testimonios. Increíblemente, los chismes pueden parecer “muy reales” para el que los está contando o para el que los escucha. No cedas a la tentación porque puede ser que estés “decapitando” la reputación de otra persona. En cambio, te recomiendo que, si no puedes hablar bien de otros, mejor guardes silencio. Nunca te arrepentirás.

Dios considera muy graves la calumnia y el falso testimonio. Evítalos con determinación.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

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