Lugar: Pennsylvania, EE.UU.
Palabra de Dios: Deuteronomio 25:15
Un día, un agricultor de Pennsylvania vio un caballo y quiso comprarlo. Fue a ver a su dueño, un vendedor de caballos local, y le preguntó:
-¿Cuánto pide por ese caballo?
El vendedor le explicó que había pagado, originalmente, 150 pesos por el caballo, y que pensaba ganar cincuenta pesos por él.
-Se lo vendo por doscientos pesos -le dijo.
El agricultor estuvo de acuerdo con el precio, y cerraron el negocio.
Algunas semanas más tarde, el agricultor recibió una carta del vendedor del caballo. "Le dije que había pagado 150 pesos por el caballo", decía la carta. "Cuando revisé mis registros, descubrí que había cometido un error, y que solo había pagado cien pesos por el animal. Como le dije que pensaba sacar una ganancia de cincuenta pesos, le estoy devolviendo cincuenta pesos, para arreglar las cosas". El sobre incluía un cheque por esa cantidad.
El vendedor del caballo podría haberse quedado callado. El agricultor nunca se habría enterado de que le había cobrado 50 pesos de más; y, aparentemente, estaba contento con su compra. Pero, el vendedor era un hombre honesto, que quería hacer lo correcto aunque eso significara perder cincuenta pesos. Estaba siguiendo las palabras de Deuteronomio: "Tendrás pesas y medidas precisas y justas, para que vivas mucho tiempo en la tierra que te da el Señor tu Dios".
Como puedes imaginar, el agricultor quedó muy impresionado por la honestidad del vendedor de caballos. Contó a todos sus conocidos lo que había sucedido, y pronto el vendedor vio aumentados sus negocios.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
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