“Por fe, Noé, […] obedeció y construyó la barca” (Hebreos 11:7).
Un día Dios se le apareció a Noé y le dijo: “Construye una barca de madera” (Génesis 6:14). Ponte por un minuto en las sandalias de Noé. Recuerda que nunca había llovido, que él no era un ingeniero naval y, a pesar de todo esto, el Señor le pide hacer algo que nadie había hecho nunca. ¿No te parece que Noé tenía argumentos válidos para objetar la peculiar petición divina? Sin embargo, la Biblia se limita a declarar: “Y Noé hizo todo tal como Dios se lo había ordenado” (Génesis 6:22). Imaginemos a Noé diciéndole a la gente que va a construir un arca; por supuesto nadie le cree y, además, comienzan a pedirle explicaciones. Morris Venden, en Del éxodo al advenimiento, describe de esta manera el momento cuando Noé anuncia a sus vecinos que construirá el arca:
-Señores, voy a construir un arca.
-¿Por qué vas a construir un arca?
-Porque viene un diluvio.
-¿Qué es un diluvio?
-No lo puedo explicar hasta que lo vean. Pero entren en el arca.
-¿Por qué?
-No se afanen por conocer los motivos, ya lo verán dentro de poco.
-Pero queremos saberlo ahora.
En ese momento llega un científico, pide la palabra y dice: “La causa es sencilla: es la innata propulsión del reino animal reactivada por la máxima actividad de la mente y superinducida por el brillo crepuscular de las esferas posteriores del cerebro; sensibilizando cada chispa de la corporeidad de la creación bruta, afectando así la translocación de sus materiales hacia ambientes más salubres” (p. 86). Tras escuchar esta brillante intervención los antediluvianos abren los ojos y dicen:
-Tú sí sabes explicar bien las cosas. Ahora lo podemos entender.
Bueno, el caso es que “llegó el diluvio y todos murieron” (Lucas 17:27), excepto Noé y su familia, que no se empeñaron en entender los motivos de Dios sino en obedecer lo que él había dicho. Cuando te exijan una explicación lógica y científica de tu fe, no te afanes por darla. La fe no es un asunto de lógica; la fe tiene que ver con confiar en Dios y en lo que él nos ha dicho. Eso fue lo que hizo Noé, ¿y tú, qué harás?
Por: J. Vladimir Polanco Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
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